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La mujer en la Iglesia

“Poco después, Jesús comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del Reino de Dios. Con Él iban los doce discípulos, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes; Susana y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos” (Lucas 8,1-3).

En esta oportunidad quisiera referirme a la vital importancia de la mujer en la Iglesia, teniendo como escenario la realidad pastoral que viven muchas parroquias hoy en día, el Pontificado de Francisco y la Sagrada Escritura.

Es una realidad evidente en las diversas comunidades pastorales que la mayor participación eclesial corresponde a mujeres, quienes además de participar muchas veces son quienes lideran comunidades y/o grupos pastorales, sin ir más lejos la Arquidiócesis de Concepción desde el 2019 ha integrado en su estructura eclesial a mujeres para liderar y acompañar a diversas vicarías. El Papa Francisco reconoce el valor de la participación y el gran aporte de ellas, así lo menciona en el inicio de su pontificado: “La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones” (EG 103) en general la identidad y el papel de la mujer, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha conocido notables cambios sobre todo en que la participación y la responsabilidad de las mujeres ha ido creciendo, en la Iglesia el reflejo más gráfico de esto es la participación de mujeres en los últimos sínodos, la presencia de las mujeres en calidad de expertas, auditoras, invitadas etc., se ha ido haciendo más relevante. Así, en el sínodo de 2018 al menos veintinueve mujeres participaron como auditoras o colaboradoras, y una representó a la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG); luego en el 2019 participaron treinta y cinco: dos en calidad de invitadas especiales; cuatro como expertas y veintinueve como auditoras. Además, representando a las UISG, participaron esta vez diez mujeres y en tercer lugar, quizá lo más destacable, por vez primera en la historia de los sínodos, en el Sínodo de la Sinodalidad, son convocadas 85 mujeres y 54 de ellas participantes con derecho a voz y voto. De todo el mundo, de todas las edades, religiosas, consagradas, laicas, hito de real importancia para la vida de la Iglesia.

En la Sagrada Escritura específicamente en los evangelios, podemos encontrar algunos pasajes que dan cuenta como Jesús también reconocía la importancia de la mujer en su ministerio público, haciéndolas parte de su grupo más cercano. El Evangelio de Lucas menciona a las mujeres y en primer lugar a María Magdalena: “Con Él iban los doce discípulos, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena” (Lc 1,3) el evangelista reconoce muy bien a aquellas mujeres que acompañaron a Jesús y sus discípulos, mencionando que iban los apóstoles pero también algunas mujeres y entre ellas, María Magdalena, no es un dato menor que haya sido nombrada por el evangelista, lo cual nos hace comprender que son personas importantes en la vida de Jesús, más aun comprendiendo el contexto socio cultural de la época. En los evangelios sinópticos, cuando se habla de las mujeres que le acompañaban a Jesús, la primera en ser nombrada siempre es María Magdalena (Miriam de la Isla de Magdalia), lo podemos ver en el Evangelio de Marcos que también menciona a las mujeres y comienza nombrando en primer lugar a María Magdalena haciendo referencia a que ellas le seguían y servían a Jesús, y habían ido con Él a Jerusalén (Cfr. Mc 14, 40-41).

Es importante mencionar que el liderazgo de Jesús se caracteriza por ser un liderazgo transformacional, es decir, un liderazgo que transforma una realidad, educado, instruyendo a quienes le acompañan, de esta forma podemos pensar entonces que María Magdalena y otras mujeres también fueron instruidas por Jesús al igual que los apóstoles. Jesús también reconoce la importancia y el aporte de la mujer en la vida de la Iglesia, haciéndolas parte de su ministerio público y enseñándoles e instruyéndolas en el anuncio del Reino de Dios. María Magdalena cumple un rol fundamental en la vida de Jesús, ella es quien lo acompaña en toda su vida y se pone al servicio del Mesías, no sólo en su ministerio público, sino también en su crucifixión y resurrección, además siendo ella, la primera testigo junto con otras mujeres del acontecimiento de la resurrección, lo que convierte a la mujer en un eslabón fundamental para la transmisión del kerigma.

María Magdalena es una mujer que tiene las características de muchas mujeres que hoy son parte de la vida de la Iglesia, siendo acompañante, servidora y fiel portadora del acontecimiento de la resurrección y viviendo una vida centrada en Jesucristo. Invitar a que como Iglesia reflexionemos y reconozcamos a aquellas mujeres que, al igual que María Magdalena, nos han acompañado en nuestra vida espiritual, comunitaria y por sobre todo han sido fieles servidoras y portadoras del Evangelio, sigamos aprendiendo y valorando la vida de muchas mujeres sabias, creyentes y servidoras que existen en la Sagrada Escritura y en la Iglesia de hoy, que desde un liderazgo sigiloso han aportado en la vida a otros y han hecho cambios a nivel social, cultural y eclesial.

Karina Muñoz Aguayo
Coordinadora de Formación
Arquidiócesis de la Santísima Concepción

Publicado el: 27 Junio, 2024
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