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Mons. Sergio Pérez de Arce SS.CC. presidió Misa en Parroquia Santa Madre de Dios

Publicado el: 30 Julio, 2024

Este domingo 28 de julio, el arzobispo de Concepción, monseñor Sergio Pérez de Arce SS.CC., presidió la Eucaristía en la Parroquia Santa Madre de Dios, junto al moderador del Equipo de Gestión Parroquial, padre Javier Ossa S.J..

Monseñor Pérez de Arce expresó su alegría de estar en esta parroquia, de la que había oído hablar en diversas ocasiones, ya que los religiosos de la Congregación de los Sagrados Corazones acompañaron a esta comunidad y a la Pastoral de Migrantes durante varios años. 

En su homilía, el arzobispo de Concepción explicó que durante estos domingos escucharemos el Discurso del Pan de Vida, donde Jesús va hablando de la Eucaristía y nos dice que Él es el Pan de Vida, que se hace presente y nos alimenta en la Eucaristía. 

Reflexionando en torno al Evangelio según san Juan 6,1-15, donde se relata la multiplicación de los panes, señaló que “es muy oportuno para la Pastoral de Migrantes y para todo lo que significa nuestra fe. Fíjense en que Jesús parte haciendo una cierta contraposición entre el comprar y el compartir (…) Es obvio lo que Jesús nos quiere decir: que en este mundo, en nuestra vida, compartiendo también podemos enfrentar los desafíos que tenemos, los desafíos de este mundo, los desafíos de nuestra convivencia. No todo se arregla comprando, sino que compartiendo los bienes de verdad podemos hacer una sociedad distinta, una fraternidad distinta”. 

En ese contexto, se refirió al principio del destino universal de los bienes, presente en la enseñanza social de la Iglesia, que indica que Dios creó los bienes para todos, y expresó que lamentablemente en nuestro mundo esos bienes sólo los disfrutan algunos y muchos quedan impedidos de acceder a ellos, lo que genera injusticias que no son queridas por Dios, ya que “Dios quiere un mundo fraterno, donde realmente compartamos”

Monseñor Sergio Pérez de Arce SS.CC. afirmó que “cuando hay hermanos que tienen menos, hermanos más pobres, tienen derecho a compartir esto, no como un favor. No es que nosotros le hagamos un favor a los que tienen menos al compartir nuestros bienes”. En ese sentido citó a san Gregorio Magno, quien decía: “Cuando damos a los pobres las cosas indispensables, no les damos nuestras cosas, sino que les devolvemos lo que es suyo”

“¿Qué es lo que importa aquí? Los bienes no son sólo nuestros. En esta cultura, en el mundo de hoy, nos apropiamos de las cosas (…) pero las cosas no son sólo mías, sino que son de todos. No es que no haya derecho a la propiedad privada (…) pero el principio fundamental del orden social es que los bienes son para todos. Entonces por eso, luchar contra la pobreza, contra la injusticia es un deber de todo cristiano”, agregó. 

En ese contexto, el arzobispo de Concepción sostuvo que cuando llegan los hermanos migrantes “no es que se les haga un favor en acogerlos, sino que ellos tienen derecho a participar de los bienes de este mundo, porque les han sido negados en sus países, por las crisis sociales, por las guerras y por otras tragedias que los hombres provocamos. Entonces, cuando acogemos a los hermanos migrantes en nuestras sociedades, no les hacemos un favor, sino que decimos ustedes tienen derecho a participar de los bienes de este mundo, porque son seres humanos, son hermanos nuestros, y si en algún lugar se los están negando, los bienes de este mundo están aquí para disposición también de ustedes”. 

“Por supuesto que las sociedades tienen la necesidad de regular la inmigración, de ordenar, pero nunca negar, prohibir, ni levantar muros. (…) Tenemos que tender puentes para que todos podamos construir un sueño de fraternidad, un sueño de una sociedad más justa”, destacó. 

Monseñor Pérez de Arce enfatizó que “lo cristiano es la fraternidad, lo cristiano es el compartir, lo cristiano es que todos tengan derecho a los bienes que Dios nos ha dado (…) Tenemos que luchar por esto, por los caminos de la paz, y la Iglesia tiene que enseñar esto como un principio fundamental”. 

Finalmente recordó a los presentes que la Eucaristía es fraternidad, “hermanos en torno al Señor Jesucristo, y desde esta fraternidad estamos llamados a construir la fraternidad del mundo. Si nos alimentamos de Cristo, si nos animamos con su Palabra, es también para edificar una sociedad nueva, más fraterna, donde todos tengan pan, alegría, respeto y puedan ser reconocidos en su dignidad humana. La Eucaristía nos alienta y nos anima a construir ese mundo mejor. Así que hermanos, sigamos adelante con la Pastoral de los Migrantes y construyendo una sociedad mejor”. 

Tras la Santa Misa, Claudia Arteaga, quien trabaja en la Pastoral del Migrante de la Parroquia Santa Madre de Dios, expresó su alegría por la presencia del arzobispo de Concepción, quien “ha venido a ver y a conocer un poquito más de nuestra gestión, de nuestra obra  y del trabajo que realizamos con nuestros hermanos migrantes”.

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