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Con alegría se celebró la Fiesta de la Divina Misericordia en la Catedral de Concepción

Publicado el: 17 Abril, 2023

Con un templo Catedral lleno de devotos y largas filas para confesarse, se celebró la Fiesta de la Divina Misericordia la tarde de este domingo 16 de abril.

A las 15:00 horas comenzó el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia y luego los fieles tuvieron la oportunidad de adorar al Santísimo Sacramento. La celebración concluyó con la Santa Misa, que fue presidida por el Padre Edgardo Ojeda, Asesor del Apostolado de la Divina Misericordia. 

En su homilía, el Padre Edgardo explicó que con “el segundo domingo de Pascua, o también llamado domingo de la Divina Misericordia, se termina la liturgia de la Octava de Pascua que es es la prolongación de la celebración como un solo gran día”.

Luego afirmó que las lecturas de este día nos muestran “aspectos que nos hacen mirar el amor de Dios, o -como le decimos nosotros- su misericordia, partiendo por el llamado que hace el Señor a poder vivir la fe en comunidad, a poder descubrir el sentido que tiene que tener para nosotros el encuentro con los hermanos en comunidad”.

“Si bien recibimos y somos testigos, también estamos llamados a ser discípulos, a ser anunciadores, a ser testigos del amor de Dios y su misericordia para con los demás”, destacó.

En ese contexto, dijo que otro aspecto está en la Carta de San Pedro, “que nos dice y nos recuerda que Jesús nos hace nacer con una esperanza viva por medio de su resurrección, nos genera un cambio. Muchas veces nos cuesta mirar a la luz de la fe lo que Dios quiere, nos es más fácil mirar lo que nosotros queremos y no lo que Jesús quiere”. 

“Cuestionamos a veces hasta nuestras propias comunidades (…)” dejando de acercarnos a la comunidad porque nos cae mal una persona o el sacerdote, “no se va por eso y ese es el peor error que podemos cometer, porque quiere decir que no conocemos a Dios, que nuestra fe la hemos idolatrado colocando nuestra fe en las personas, cuando nuestra fe tiene que estar puesta en el Señor, a Él tenemos que abrazarnos, en Él tenemos que aferrarnos y en Él tenemos que creer, que es lo que nos dice precisamente el Evangelio de este día”, enfatizó.

Recordando las Palabras de Jesús a Santo Tomás: “Dichosos los que creen sin haber visto”, el Padre Edgardo sostuvo que esa dicha viene “porque abrimos el corazón para acoger su Palabra, abrimos el corazón para experimentar su amor, abrimos el corazón para acoger lo que Dios quiere y espera de cada uno de nosotros”. 

El Padre Edgardo comentó que a veces es fácil cuestionar y “como a veces gusta cuestionar” llamó a los presentes a cuestionarse, preguntando “¿Por qué Dios quiere que uno forme comunidad con los hermanos que le toquen? ¿Qué es lo que Dios quiere, que a uno lo puso a ser parte de la comunidad en Coronel y no fue parte de la comunidad de Talcahuano? (…) Porque algo quiere Dios de nosotros, por algo el Señor nos puso en ese lugar, por algo el Señor nos eligió, pero nos eligió no para que nos anunciamos nosotros, sino para que lo anunciemos a Él; no para que creamos en nosotros, sino para que creamos en Él; no para que nos testimoniemos nosotros o para que nos luzcamos nosotros, sino para que lo testimoniemos y el que luzca sea Él”. 

“Por eso, mis queridos hermanos, pidámosle al Señor su gracia, pidámosle al Señor poder ser cada día testigos de su amor y misericordia, y que ese testimonio seamos capaces de dárselo a conocer a los demás”, destacó. 

Al término de la Misa, las largas filas para confesarse continuaban y el Padre Edgardo señaló que “la concurrencia siempre ha sido masiva, no es algo que nos sorprenda. Lo que sí sorprende es la cantidad de gente que aún se sigue confesando después de haber terminado la Eucaristía”. 

“Siempre se ha celebrado de manera muy masiva, por eso tratamos de hacerlo aquí en la Catedral, que es el templo más grande que tiene nuestra Arquidiócesis”, puntualizó. 

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