donar

Solidaridad: ¿dar hasta que duela o lo que sobra?

Publicado el: 24 Agosto, 2023

En agosto de cada año, Chile celebra el Mes de la Solidaridad. Una costumbre que ya cumple 30 años, respondiendo a la fiesta de san Alberto Hurtado, jesuita chileno declarado santo en 2005 y que con motivo de su beatificación, se instauró el 18 de agosto como “Día de la Solidaridad”. Instancia en que diferentes agrupaciones e instituciones aprovechan para promover la acción social y sensibilizar ante situaciones que afectan a los que más lo necesitan

Pero más allá del aporte que podría emerger de agrupaciones sociales, voluntariados o campañas de ayuda, la fecha plantea una interrogante: ¿Es Chile un país solidario? Una pregunta que es analizada desde diversos ámbitos, y que ponen en relieve el altruismo desinteresado versus iniciativas que podría estar más cerca del marketing.

Francisco Fuentes, sociólogo y académico de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales de la UCSC, sostiene que la solidaridad nace de la necesidad de interconexión y ayuda con los demás integrantes de una sociedad: “Es un elemento fundamental de la cohesión social, lo que, a su vez, permite la consecución de las metas socialmente establecidas. Ser solidario nos va a significar entender que hay otros con los cuales vivo, comparto un espacio geográfico y social, que no están logrando alcanzar las metas establecidas por diversas razones, y van a requerir de nuestra ayuda para poder alcanzarlas. Estas metas pueden ser, por ejemplo, alcanzar las condiciones mínimas de existencia, las que cubren nuestras necesidades básicas, y que mantienen a ciertos grupos de personas en condición de exclusión social y vulneración”.

Asimismo, Fuentes señala que más que preocuparnos qué fundamenta las acciones solidarias, es necesario centrarnos en si en nuestras sociedades dichas acciones existen o no, ya que su no existencia nos llevaría a problemas.

“El vivir en sociedad requiere grados de solidaridad mínimos para una convivencia exitosa. Cuando las personas no sienten esta necesidad (o más bien no entienden la importancia) de ser solidarios y altruistas en sus acciones, se daña el tejido social que nos da pertenencia y sentido de comunidad, comenzamos a vivir vidas más individualistas que nos alejan del sentido de lo humano”.

Continúa leyendo esta nota de Periódico Diálogo en este enlace

© Arzobispado de Concepción