donar

Domingo del Buen Pastor

Querida comunidad arquidiocesana,

Les saludo en Cristo, nuestro Buen Pastor Resucitado, en este cuarto domingo del tiempo Pascual, el domingo del Buen Pastor. Celebramos, en comunión con el Papa Francisco y toda la Iglesia, la 61ª Jornada Mundial de Oración por la Vocaciones. Resuena en nuestro corazón el deseo del Señor Jesús expresado en el Evangelio: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha” (Mt 9, 37 – 38). No podemos dejar de acoger esta intención del Señor, experimentamos fuertemente la necesidad de vocaciones, sobre todo, a la vida matrimonial y familiar, a la vida religiosa y sacerdotal.

El Papa Francisco ha compartido a la Iglesia un nuevo mensaje en la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tiene como título: “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”. En su mensaje anima a recordar con gratitud ante el Señor el compromiso de quienes han abrazado una llamada que implica la donación de toda la vida: piensa en madres y padres que se abren al don de la vida y se entregan al servicio de sus hijos y de su crecimiento; en los que trabajan por la construcción de un mundo más justo, una economía más solidaria, una política más equitativa, una sociedad más humana; en las personas consagradas que ofrecen su vida al Señor tanto en el silencio de la oración como en la vida apostólica; en quienes han acogido la llamada al sacerdocio ordenado, se dedican al anuncio del Evangelio y se ofrecen junto al Pan eucarístico, por los hermanos, sembrando esperanza, mostrando a todos la belleza del Reino de Dios. Francisco llama decididamente a los jóvenes para que se dejen fascinar por Jesús y puedan plantearle sus inquietudes fundamentales.

En este domingo del Buen Pastor es importante acoger el primer énfasis pastoral para este año 2024: ser una comunidad orante que cultiva el deseo de estar en la presencia del Señor. Una intención especial, no sólo para este día, debe ser la súplica por nuevas y santas vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada en favor de nuestra Iglesia de Concepción. En el contexto de gran necesidad vocacional que experimentamos como arquidiócesis no quiero dejar de reconocer y agradecer los esfuerzos de los sacerdotes que han asumido más de una comunidad parroquial, de quienes tienen la cura pastoral de una parroquia extensa con la atención de varias comunidades o de quienes tienen varios encargos pastorales, agradecer también a los sacerdotes mayores o enfermos que entregan su tiempo y energías para apoyar la vida sacramental o colaboran en distintas comunidades. Agradecemos también a los religiosos y religiosas, consagrados, diáconos y laicos comprometidos, que con sus carismas y vocación animan la vida pastoral de tantas comunidades y colaboran con generosidad en diversos apostolados.

Sabemos que existen hoy en día diversos factores de crisis que dificultan la acogida y escucha de la llamada del Señor para consagrar la vida al servicio del Evangelio, no obstante, nos sostiene la confianza que el Señor es fiel y sigue llamando. Recemos por las vocaciones, por vocaciones con rostros concretos que el Señor puede estar llamando desde el seno de nuestras propias familias y comunidades. Dios los bendiga.

+ Bernardo Álvarez T.

Publicado el: 20 Abril, 2024
© Arzobispado de Concepción