Las enseñanzas de Francisco en Temuco

A cinco años de la visita del Papa Francisco a Chile, resuenan con fuerzas las palabras que pronunciara en la Misa que celebró junto a los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile y cientos de sacerdotes y diáconos, en Temuco el 17 de enero del 2018. El ambiente de fiesta y de recogimiento que se experimentaba en el aeropuerto Maquehue era notable. Desde temprano llegaron delegaciones de todo Chile y también de Argentina para ver al Papa, saludarlo y celebrar la Eucaristía junto a él.

Su homilía es de una profundidad tal que puede aplicarse no sólo para comprender a qué debemos aspirar como sociedad, sino que también al modo como debemos tratarnos los unos a los otros. Sobre todo cuando hay asuntos no resueltos o conflictos. La convivencia entre los seres humanos nunca ha sido fácil y por ello su sabiduría como Sucesor de Pedro resuena con fuerza hoy. Lo primero que nos dice el Papa es que es importante reconocer que los pueblos originarios tienen una pena porque las injusticias hacia ellos se arrastran por siglos. Así la celebración de la Eucaristía tiene que tener presente el gozo del encuentro, pero también las penas y dolores de los pueblos originarios. Ello requiere redención que sólo viene de Jesús que se entrega por cada uno de nosotros. En este contexto urge promover la unidad y sobre todo pedirle a Dios que no nos gane el enfrentamiento ni la división. Para ello es importante reconocer que los seres humanos somos diferentes y que la uniformidad es una falsa unidad. La gracia está en compartir con los demás la riqueza de cada cual y evitar imponer por la fuerza la unidad que no será otra cosa que una integración forzada o una marginación armonizada. El Papa invita a la lógica del valor de cada cultura y terminar con la falsa idea que existen culturas superiores o inferiores. Por otro lado el Papa postula que no se puede lograr con cualquier medio la paz. Para ello es indispensable defender y promover una cultura del reconocimiento y tener mucho cuidado en elaborar acuerdos que nunca serán llevados a la práctica. Esa es una forma de violencia. Tampoco, bajo ningún punto de vista usar la violencia para lograr fines. La violencia, nos advierte el Papa, llama a la violencia y sólo logra aumentar la fractura y la separación.

El Papa reconoce que es mucho lo que falta para llegar al buen vivir, como lo desea la sabiduría ancestral del Pueblo Mapuche. Sin embargo, es un camino que hay que recorrer porque es un anhelo que brota de nuestros corazones y que resuena como un grito de toda la creación.

Mons. Fernando Chomali
Arzobispo de Concepción, Chile

Publicado el: 2 Febrero, 2023
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