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“el clamor de tierra como el clamor de los pobres” (LS 49)

Han pasado 5 años desde que el papa Francisco en la fiesta de Pentecostés del año 2015 promulgara la Carta Encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la Casa común, refiriéndose con esa expresión a todo nuestro Planeta. La Tierra es nuestra casa, es nuestra madre y hermana como lo señalara San Francisco de Asís en su Cántico de las criaturas, la cual da nombre al documento pontificio del Papa Francisco, quien a su vez tomó el nombre de Francisco haciendo referencia al ‘poverello’ de Asís.

Todos estos antecedentes, nos permiten introducirnos en el contenido esencial de la Encíclica que nos invita a tener una mirada compasiva con el Planeta y a crear una conciencia eco-social, sabiendo que no se trata de dos problemáticas diferentes: lo ambiental y lo social. Sino, de un único problema eco-social y que invita a escuchar “el clamor de tierra como el clamor de los pobres” (LS 49). Con esto, el Papa Francisco sitúa el problema ecológico desde una mirada integral y percibiendo que es un drama que se vuelve sobre el mismo hombre. De hecho, la encíclica se sitúa en el corpus de la Doctrina social de la Iglesia, porque como podemos percibir, el daño que le hacemos a la tierra con la contaminación atmosférica, con gases nocivos procedentes de la combustión de combustibles fósiles, la explotación irracional de los recursos naturales, la contaminación de las aguas, la extinción de especies, y otros como la congestión vehicular, el hacinamiento urbano, la falta de áreas verdes en las ciudades y un largo etcétera de situaciones sociales vinculadas al ambiente y que no dejan afuera situaciones como la expansión de epidemias como la que vivimos en el presente, sitúan el tema ecológico como uno de los puntos críticos a los cuales se ve enfrentada la humanidad y que se transforma en plataforma de evangelización para anunciar la Buena nueva de Jesucristo a los hombres.

De ese mensaje el Papa Francisco nos quiere hacer participar al entregarnos su Encíclica Laudato Si’, y ser de este modo verdaderos discípulos del Señor que cuidan y trabajan la tierra con amor (cf. Gn 2,15). El Espíritu de Dios inspiró al Papa a hablar como profeta de este tiempo sobre el tema ecológico, lo único que falta es decidirnos a cantar este cántico con el cambio de hábitos de vida que sean amables con la creación.

Padre Pedro Gómez Díaz
Vicario General
Iglesia de Concepción- Chile

 

Publicado el: 12 Mayo, 2020
© Arzobispado de Concepción