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Nuestra Señora del Carmen

En estos días estamos celebrando la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Ella es la Patrona de Chile nombrada por nuestros padres de la Patria. Pero conviene hacer un recuento de cómo surgió esta devoción en la Iglesia y especialmente en nuestro País.

En primer lugar, debemos decir que la espiritualidad carmelitana tiene raíces en el Antiguo Testamento, viendo en el profeta Elías aquel hombre de Dios que, motivado por su celo por las cosas de Señor, se refugia en el Monte Carmelo, situado en la Palestina a orillas del Mar Mediterráneo. En el mismo nombre del monte “Karmel”, que puede traducirse como vergel o verdor, y especialmente en la contemplación de la nubecilla contemplada en 1 Re 18,41-42, se ha visto una imagen de la humildad que Dios espera de nosotros para poder derramar desde el cielo su abundante bendición. Sin lugar a dudas, que ha sido en la Santísima Virgen donde Dios ha encontrado aquel frescor de fe, que por medio de su vocación de Madre de Dios, Dios ha realizado su plan de salvación por medio de la encarnación del Hijo de Dios. Por ese motivo, después del nacimiento de la Iglesia en Pentecostés, diversas personas se congregaron en torno al Monte Carmelo y veneraron desde los inicios de la Iglesia a la Madre de Dios con los hábitos que caracterizan a la Orden del Carmelo, que a pesar de diversas situaciones difíciles que amenazaron la supresión de la Orden hacia el año 1200 dC, permitieron que se extendiera esta espiritualidad por todo el mundo conocido, llegando a Inglaterra, donde Santo Simón Stock recibió la visión de nuestra Madre Santísima que le encomendó la difusión del Escapulario del Carmen el 16 de julio del año 1251. La espiritualidad carmelitana cobró nuevo vigor, especialmente con místicos como Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, y en particular en América, con las misiones que acompañaron a los conquistadores, diversas naciones veneraron con gran fervor a la Nuestra Señora del Carmen. En Chile, en particular en Concepción, llega la devoción a la Virgen del Carmen por medio de los padres agustinos, quienes fundan la primera cofradía del Carmen en 1603, cuya imagen se venera en la Parroquia San Agustín de Concepción.  Los procesos emancipadores que permitieron la Independencia del País, llevaron a los padres de la Patria a hacer un voto a la Virgen del Carmen para lograr dicho don, con lo que luego se le da el título de Patrona de Chile y Generala del Ejercito de Chile.  Fray Ramón Ángel Jara, autor de la tradicional oración a la Virgen del Carmen en 1887 motivó la construcción de un monolito en honor a la Virgen de Carmen en el celebre monte de la Palestina, y en 1923 la Santa Sede reconoció el patronazgo de la Virgen sobre nuestro País.

Por estos motivos, no podemos dejar de honrar a la Madre de Dios, quien nos mira desde cielo con ternura a todos quienes habitamos este País. La invitación es a revestirnos de la fe y caridad de María Santísima y solicitar a Dios por medio de Ella que interceda por todos nosotros, especialmente en este tiempo de pandemia.

 

Pbro. Pedro Gómez
Vicario General
Iglesia de Concepción – Chile

Publicado el: 16 Julio, 2020
© Arzobispado de Concepción