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Seminario Metropolitano de Concepción

El domingo 21 de junio se ha celebrado el aniversario 452 del Seminario Metropolitano de la Santísima Concepción. Su origen se remonta al año 1568 cuando Fray Antonio de San Miguel Avendaño y Paz, primer obispo de la Diócesis, da inicio a la formación de los primeros sacerdotes en la zona, a pesar de las dificultades geográficas y los conflictos históricos de aquel tiempo.

Para la Arquidiócesis de la Santísima Concepción es muy importante contar con un Seminario propio, aunque para quienes no conocen esta instancia de formación puede pasar desapercibida la labor silenciosa que el Seminario desarrolla. Día a día los formadores y seminaristas consagran su jornada de trabajo y estudio al Señor por medio de la Oración de la Liturgia de las Horas y la participación en la Eucaristía. La vida comunitaria junto con el desarrollo humano y espiritual son la base en la formación integral que recibe cada seminarista, y que unido a la formación académica recibida en las aulas de clases y en un tiempo prolongado al estudio personal en la Biblioteca o en los diversos lugares destinados que tiene para este fin el Seminario, van formando ese corazón de pastor al modo de Jesús el Buen Pastor en los seminaristas; para que algún día, terminada su etapa de formación inicial en el Seminario y recibiendo de manos del sus obispos la ordenación sacerdotal, se dediquen al cuidado y atención de las ovejas en las respectivas parroquias y/o lugares donde desarrollarán su misión.

Es probable que hasta antes de la pandemia nos hayamos encontrado con algún seminarista cuando realizaban sus actividades pastorales en las parroquias, el hospital o en la alguna actividad de promoción vocacional…quizás nos ha llamado la atención su persona, pero quizás no hemos dimensionado la inmensidad del misterio que se encuentra detrás de cada vocación y que es la llamada de Dios, y de cómo se realiza la formación de cada uno de ellos en el Seminario.

Para cada uno de quienes participamos en las parroquias, colegios, universidad, fundaciones sociales, pastorales de jóvenes y niños, grupos de adultos mayores, movimientos y nuevas realidades eclesiales, lectores, acólitos, ministros de la comunión, animadores de comunides, grupos de oración y un todas las realidades eclesiales de la diócesis, debiera ser un compromiso orar por el aumento de las vocaciones sacerdotales y por la perseverancia de quienes se están formando,  y en la medida de lo posible, aportar para el sostenimiento del Seminario.

Al igual que en sus inicios, aunque por cierto en circunstancias muy distintas, el Seminario sigue su tarea formativa en este tiempo de pandemia. El coronavirus no ha imposibilitado que los jóvenes que sienten en su corazón ese ardor por servir al Señor y a su Iglesia puedan continuar con su proceso formativo. Oremos y démosle gracias a Dios por este nuevo aniversario que cumple el Seminario de Concepción.

 

Pbro. Pedro Gómez D.
Vicario General

Publicado el: 22 Junio, 2020
© Arzobispado de Concepción