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Alumnos de Coronel reciben piocha con imagen de San Alberto Hurtado

Publicado el: 17 Agosto, 2011

“Fe que no irradia, no tiene el espíritu de Cristo”. Con esta frase de San Alberto Hurtado como lema, alumnos y alumnas de primer año medio del Instituto de Humanidades ‘Enrique Curti Canobbio’ de Coronel, perteneciente a la Fundación Educacional ‘Cristo Rey’ del Arzobispado de la Santísima Concepción, recibieron la piocha con la imagen de Jesús y del santo chileno de la Solidaridad.

Este hito del itinerario pastoral del Instituto se efectuó durante una Eucaristía presidida por el padre Francisco Osorio, Vicario para la Educación, junto al asesor espiritual padre Ricardo Valencia, el viernes 12 de agosto en el gimnasio del establecimiento. De esta forma, los estudiantes asumieron el llamado a ser solidarios todos los días, preocuparse de los demás y no estar sentados en las comodidades, sino ser constructores de una sociedad más justa y fraterna con los valores del Evangelio.

Este signo conlleva tres valores esenciales. Primero, servir a la sociedad, ir al mundo y servir, ya que uno es más cristiano cuando está preocupado de las necesidades de los demás. Luego, implica compartir, sobre todo con aquellos que tienen menos. Y si no se cuenta con medios materiales, esto se traduce en compartir la vida, el tiempo, un consejo, cercanía y amistad con aquellas personas que están solas o se sienten solas. Finalmente, la tercera característica de esta piocha es amar, que significa pasar por el mundo haciendo el bien. La persona que ama tiene vida, le encuentra sentido a su vida, siembra esperanza en medio del mundo alejando todos los signos de muerte como la tristeza, la angustia, la desesperación, la flojera y acerca los signos de vida como la alegría, la esperanza, el entusiasmo, el esfuerzo, todas cosas positivas que son signos del amor.

En su homilía, el Vicario entregó algunos detalles sobre la vida de San Alberto Hurtado y explicó por qué celebramos el Día de la Solidaridad el 18 de Agosto. “El padre Hurtado sirvió a los pobres y a los más necesitados, y también trabajó con los jóvenes, con los sindicalistas, y fue un gran promotor vocacional, siendo capaz de irradiar ese entusiasmo en muchos que quisieron ser sacerdotes. Al final de su vida, un día que iba entrando a su casa, se encuentra con un anciano y se conmueve frente a la pobreza de esta persona, dándose cuenta que en este rostro sufriente está presente Cristo y asumiendo la tarea de construir un hogar para todos aquellos que pasan necesidad, están sufriendo o tienen alguna situación complicada”. “Nosotros debemos tener la sensibilidad de ser capaces de reconocer en el rostro del otro la presencia de Cristo. Ésa es la clave del cristianismo, que consiste en ver en el rostro del hermano la presencia de Cristo, asumiendo el dolor del otro como nuestro propio dolor, su alegría como nuestra propia alegría”.

Antes de concluir la Eucaristía, el padre Francisco bendijo las piochas y se las impuso a las profesoras jefes de primer año medio A, Yenny Mellado, y primer año medio B, Berta Figueroa, quienes luego hicieron entrega del signo a sus respectivos alumnos. Juan Fernández y Alexandra Álvarez nos entregaron su testimonio al respecto, que compartimos a continuación.

Juan Fernández Curapil

“Esta piocha es importante para mí, una etapa que me marca en el colegio cristiano en el que me encuentro, porque con ella van tres fundamentos que son el servir, compartir y amar a los hermanos como lo hizo el padre Alberto Hurtado”.

Alexandra Álvarez Norambuena

“Este signo simboliza la misión que tenemos en el mundo, que es ser solidarios con las personas y con nuestros compañeros, incluso con quienes no conocemos. Además, representa toda la labor del padre Hurtado, con el llamado a que seamos capaces de imitarlo”.

Fuente: Comunicaciones, Vicaría para la Educación Concepción.

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