Bendicen nuevo espacio para protección de niños y adolescentes

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Publicado el: 4 septiembre, 2018

En un ambiente sencillo, pero con mucha calidez, se desarrolló la bendición del nuevo espacio del programa Pie Ayén (del mapudungun: lugar de risas), que depende de la fundación Nuevo Millennio de la Vicaría de Pastoral Social de la Iglesia de Concepción, ubicado en Colón 2781, altura del sector Santa Clara, en Talcahuano.

Gabriela Poveda Guíñez, directora del centro, señaló que este es un programa que recibe aportes del Servicio Nacional de Menores (SENAME), y que está destinado a proteger a niños, niñas y adolescentes que viven vulneraciones de derecho de alta complejidad.

Explicó que en el proceso de atención se realiza un trabajo de resignificación de sus experiencias de sus experiencias traumáticas de vida, a través de lo que hace el equipo multidisciplinario. “Los niños y jóvenes y sus familias vienen al programa o vamos a sus casas para realizar un completo proceso de acompañamiento y puedan lograr superar sus situaciones de vulnerabilidad o vulneración de sus derechos”, manifestó.

Pie Ayén ha desarrollado su trabajo, durante 11 años, en las comunas de Talcahuano y Hualpén, y se ha mantenido porque ha recibido buenas evaluaciones. “Si bien atendemos una dinámica que es muy compleja, con muchas dificultades, pero los resultados han sido muy positivos y los niños y adolescentes logran superar sus problemas”, afirmó, recordando que sobre 500 niños y jóvenes han sido atendidos por el programa, a lo largo de su funcionamiento.

Bárbara, una joven que ha estado dos años en el programa, reconoce que de no ser por este apoyo fundamental, su vida habría sido muy compleja en el futuro. Hoy, está feliz y confiesa que ha podido salir adelante. Está por concluir su enseñanza media y sueña con estudiar kinesiología en la UdeC. “Aquí, he aprendido mucho; he aprendido también a valorizar lo que tengo, darme cuenta que la vida no es negativa, porque hay muchas más posibilidades. Soy una persona muy agradecida del gran cariño que entrega este programa”, expresó.

Gabriela Gutiérrez, secretaria ejecutiva de la Pastoral Social, dijo que “este es un lugar donde queremos transformar la tristeza en alegría y esperanza”.

El padre José Cartes, vicario de Pastoral Social, indicó que con este programa, la Iglesia demuestra que está al lado del que sufre. “Da gusto ver los frutos de esta acción de la Iglesia, con apoyo del Estado. Son frutos del esfuerzo, además, de un equipo multidisciplinario que es estupendo. Creo que la tarea de la Iglesia, a través de la fundación, se cumple con creces. Esto es emblemático, ante un mundo donde falta el diálogo, falta de cariño y falta de comprensión en las relaciones humanas”, comentó.

Añadió que este trabajo es una fortaleza del trabajo social de la Iglesia. “Las fundaciones Ciudad del Niño y Novo Millennio son el soporte pastoral más importante de la Iglesia, en lo social, además de los albergues y otros programas. Pero, lo más dañado se ve que son los niños y los jóvenes y como Iglesia estamos trabajando con los niños más dañados y carenciados, socialmente. Son niños abandonados, maltratados, violentados sexualmente, lo que normalmente la sociedad está como rechazando. Lamentablemente, el trabajo de la Iglesia es poco conocido  y creo que es un gran aporte a la sociedad que debe conocerse”.

 

 

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