Durante estas vacaciones de invierno, el movimiento CEVAS realizó diversas actividades para niños en la comunidad San Alberto Hurtado de la Parroquia San Juan Bautista de Hualqui, en la Parroquia San Sebastián de Yumbel, en la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Tomé y en la comunidad Santísima Trinidad de la Parroquia Jesús de Nazareth de Hualpén.
Además, los monitores del centro de CEVAS que se está formando en Concepción también participaron en estas actividades, principalmente en Yumbel.
La delegada episcopal para el Servicio de la Niñez, Fernanda Lara, afirmó que “es maravilloso haber tenido la oportunidad de visitar algunos centros recientemente. A pesar de los cambios de fechas, debido a las vacaciones de invierno de los niños, los monitores se han organizado de manera ejemplar, incluso en un momento en el que muchos de ellos están cerrando semestres en la universidad. Esto demuestra un fuerte compromiso con nuestra misión. El enfoque en los niños y niñas como el centro de nuestra evangelización es fundamental y es realmente inspirador ver a los monitores tan dedicados a llevar a Jesús a sus vidas. Estos esfuerzos reflejan el verdadero espíritu de nuestra vicaría”.
Además, expresó su agradecimiento “a las comunidades que han facilitado los espacios para la realización de CEVAS, así como aquellos que han contribuido llevando las colaciones o ayudando en la cocina. Este esfuerzo conjunto es lo que hace que CEVAS no sólo sea un programa, sino una verdadera expresión de comunidad”.
Por su parte, la coordinadora de CEVAS de la Arquidiócesis de Concepción, Carla Chávez, comentó que visitaron “tres de los cuatro centros que hay, ya que CEVAS Concepción es un centro nuevo que está recién integrándose a las actividades” y destacó que “dentro de los grupos se ve harto renuevo de monitores, la mayoría son monitores nuevos, cuyas edades van entre los 15 y 17 años. Son chicos que están recién empezando en este movimiento y su forma de desenvolverse ha sido súper buena”.
Carla Chávez comentó que en esta instancia se detectaron algunos desafíos, como la necesidad de renovar las dinámicas y también “el trabajo con las neurodivergencias, porque hay varios chicos que tienen diagnósticos y es importante capacitarnos para trabajar con ellos, ya sea para orientar y dirigir las actividades de manera más personalizada hacia ellos, y también para tener los conocimientos sobre cómo poder reaccionar ante ciertas situaciones de desborde emocional. Ya tuvimos una vez una formación respecto a eso, pero es necesario seguir perfeccionando. Y también seguir reforzando los conocimientos respecto a la espiritualidad y la Palabra, que también es algo central de CEVAS”.
Los Centros de Vacaciones Solidarios (CEVAS) son un movimiento católico y laico que busca ofrecer vacaciones a niños de comunidades que no tienen opciones de salir de vacaciones. No sólo se enfoca en proporcionar momentos de esparcimiento, sino que también busca cultivar la fe en los más pequeños, enseñando el Evangelio en un ambiente de alegría y compañerismo.
Fernanda Lara señaló que “a lo largo de los años, CEVAS ha crecido y se ha transformado en una realidad pastoral dentro de la Iglesia de Concepción, acogiendo a miles de niños que disfrutan de la compañía de monitores comprometidos con su labor evangelizadora. Esta labor se basa en el carisma de servicio y la llamada a seguir el ejemplo de Jesucristo, enriqueciendo así la vida espiritual y social de nuestra comunidad”.
“Hoy en día seguimos viendo el impacto positivo de CEVAS, donde la fe se encuentra con el disfrute de unas vacaciones inolvidables, sembrando la esperanza en el corazón de nuestros niños y reafirmando el compromiso de nuestra Iglesia hacia las familias más vulnerables”, puntualizó.
