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Con agradecimiento despiden a familia en misión que acompañaba animación pastoral en Cabrero

Publicado el: 31 Julio, 2023

Con profundo agradecimiento se celebró, la mañana de este domingo 31 de julio, la Misa de despedida a la familia de misioneros franceses que se encontraba acompañando a la comunidad de la Parroquia Santa Filomena de Cabrero

Se trata de Paul Cruse, su esposa Marie-Liesse y sus tres hijos: Agathe, Henri y Jean, quienes dejaron su trabajo, sus familiares y amigos y se trasladaron a Chile en noviembre de 2021 para servir a la Iglesia de Concepción. 

La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, quien en su homilía señaló que han realizado una “inmensa tarea en medio de nosotros y, sin lugar de dudas, los vamos a echar mucho de menos, porque constituyen un gran ejemplo para cada uno de nosotros”. 

Haciendo alusión al Evangelio de San Mateo  13, 44-52 comentó que “estoy seguro de que alguien los vio a ustedes (…) y dijo ¿por qué estos franceses jóvenes con hijos están aquí? Y les preguntaron y encontraron la perla, porque les dijeron una sola cosa: Estamos aquí por Jesucristo. ¡Qué otra razón tendrían para estar aquí! Encontraron la perla”

“El encuentro profundo con el Señor, que se manifiesta como la gran perla es el Reino de Dios y nosotros que estamos aquí es porque la intuimos o la hemos encontrado, pero es una perla que nunca terminamos de conocer, nunca terminamos de amar y nunca terminamos de adorar. Y esto es justamente lo que significa la Eucaristía”, enfatizó. 

Monseñor Chomali expresó su agradecimiento a la familia de misioneros y señaló que “se van felices por el gran cariño que han experimentado en este lugar. Dios nos regale vocaciones sacerdotales, religiosas, laicales y matrimoniales para que podamos tener muchos matrimonios como ustedes”. 

Al término de la Santa Misa, Paul Cruse agradeció la confianza depositada en ellos y en Fidesco, señalando que “esta misión no tenía precedentes para nosotros, en primer lugar, para la Iglesia y el Arzobispado que han confiado parte de la vida de una parroquia a una pareja de laicos. En segundo lugar, para la comunidad y los sacerdotes que han tenido que cambiar su forma de actuar y, por tanto, experimentar esta transición necesaria hacia una Iglesia menos sacerdotal. Por último, para nosotros, que hemos venido a asumir un trabajo concreto al servicio de la Iglesia y que al final hemos sido llamados a vivir la fe católica en un contexto muy similar al de nuestra vida parroquial francesa. ¡Qué experiencia de aprendizaje para todos nosotros!”

“Hace unos días hablábamos con una pareja de amigos misioneros en África sobre nuestra presencia y sobre los resultados de los proyectos puestos en marcha con ustedes, y sobre nuestra dudas. Nos dijeron que nuestra misión se cumplió el día en que dijimos “sí”, el día en que dejamos todo para ponernos al servicio de los hermanos al otro lado de la tierra sin importar lo que viniera después. Así que sí hemos cumplido nuestra misión con ustedes, pero no ha terminado ni mucho menos. Para nosotros primero se trata de volver a nuestra tierra de Francia en plena crisis religiosa, moral y medioambiental, para llevar esta experiencia, esta esperanza, esta fe que hemos cultivado en nuestros corazones y en nuestra familia aquí en Cabrero”, destacó. 

Por su parte, Marie-Liesse dijo que “en cuanto a su misión, depende de ustedes llevar su parroquia y su fe más allá de la atadura general en la que la sociedad quiere que vivamos nosotros los católicos. No tengan miedo de llegar a los demás y de encontrarse con ellos en la verdad. No tengan miedo de parecer locos, iluminados o demasiado católicos. Nada es demasiado bueno para Jesús”. 

“Como el Padre José Luis nos ha dicho varias veces en sus homilías, recuerden escuchar y ver antes de hablar. Escuchen a los jóvenes y sus necesidades, vean los templos y capillas vacías antes de hablar del Dios que les anima, conecten con la realidad de sus vecinos, de sus hermanos y hagan que su parroquia, su Iglesia, responda a sus realidades, a sus necesidades en lugar de decir que antes era mejor”, enfatizó. 

Finalmente, agradeció a quienes los acogieron como hermanos, los acompañaron en sus trámites, les prepararon comidas típicas, a quienes les dijeron lo que esperaban de su parroquia, a quienes los hicieron sentir bienvenidos y a quienes los apoyaron en sus diversas acciones. 

Es necesario mencionar que Fidesco es una organización católica de solidaridad internacional, que envía voluntarios, que tengan espíritu de servicio y el deseo de ser testigos de la esperanza, a diferentes países. De acuerdo a lo dado a conocer por la entidad,  nació como una iniciativa de la Comunidad de Emmanuel, “para responder al llamado de los Obispos de las iglesias del ‘sur’, que buscaban apoyo para distintas obras sociales y de desarrollo humano y social llevadas a cabo por iniciativa de la Iglesia”.

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