La mañana de este sábado 13 de mayo, más de 50 personas se reunieron en Casa Betania para reflexionar en torno a Jesucristo en el Retiro Espiritual organizado por la Pastoral de la Esperanza de la Arquidiócesis de Concepción.

Durante el primer bloque de la jornada, el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, leyó algunos versículos de la Biblia e invitó a los participantes a reflexionar y orar.

“El mundo entero está lleno de iniciativas que permiten encontrarnos con el Señor y la Pastoral de la Esperanza, fundada por el Padre Arnoldo Vega, es una de ellas”, señaló Monseñor Chomali.

“Aquí estamos los agobiados y cansados, aquí encontramos reposo del alma porque hay un gran anhelo de encontrarse con Dios. Pero también, hay mucha alegría y sobre todo mucha esperanza. Por lo tanto, son momentos muy hermosos de encuentro con la comunidad y con la palabra de Dios”, agregó.

La Pastoral de la Esperanza nace en el año 2002 como respuesta a la necesidad que existía en la Pastoral Familiar, ya que normalmente atendían problemas que se generaban en el matrimonio, pero también “llegaba mucha gente con dolor, con sufrimiento y los temas no los encontraban en esa Pastoral”, explicó Mario Torres, Coordinador de Pastoral de la Esperanza.

En la actualidad, la Pastoral de la Esperanza está totalmente dedicada a trabajar con personas que estén pasando por momentos de dolor y desesperanza, enfocándose en cuatro temas principales: emergiendo el dolor, la soledad, el duelo y el perdón.

Mientras que, las actividades anuales están guiadas bajo cuatro ámbitos, “la espiritualidad, donde están involucrados los retiros; la formación, en donde se entregan temas específicos para las monitores que trabajan con las personas con dolor; la fraternidad, en donde nos unimos para trabajar y compartir la alegría de conocer a Jesús en un ambiente de actividades; y por último, está todo lo que corresponde a la solidaridad”, mencionó el Coordinador Pastoral.

Para Cecilia Humere de la comunidad San Pablo, la “Pastoral es una pasión” y lleva 13 años participando e incluso ha llegado a ser monitora. Además, contó que durante estos años, tuvo que pasar por un “sufrimiento muy fuerte y me di cuenta que entre en un momento de desesperación, todos lo hacemos cuando te pasan cosas fuertes, pero después pensando me di cuenta que no podía estar así, yo me hinqué y le pedí al Señor de rodillas y a los 3 días estaba bien (…) me di cuenta que la pastoral me dejó una enseñanza divina enorme, me enriquecí con eso”.

Por su parte, Manuel Ulloa de la comunidad Santa Clara, quién llegó a la Pastoral por una invitación, expresó que “me sorprendió en ese minuto porque supuestamente la pastoral era para las personas que estaban sufriendo, que tenían alguna dificultad y yo en ese momento no tenía ninguna”.

Aceptó participar y tiempo después, “pasé por un momento bien complejo, con la pérdida de unos seres muy queridos, choqué el auto, pasé por unas pruebas muy complejas (…) Gracias a esta pastoral pude salir adelante y me sirvió mucho en mi vida personal, en mi vida afectiva, en mi vida de fe y en mi vida de compartir con las personas de la comunidad.  Hasta el día de hoy sigo participando porque me llena de satisfacción y espíritu. Ayudar a las personas que tienen dificultades es muy hermoso”, puntualizó.

Posteriormente, la segunda parte del retiro estuvo a cargo de las hermanas misioneras de la comunidad Mar Adentro y finalizó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el Padre Pedro Gómez.

La mañana de este sábado 13 de mayo, más de 50 personas se reunieron en Casa Betania para reflexionar en torno a Jesucristo en el Retiro Espiritual organizado por la Pastoral de la Esperanza de la Arquidiócesis de Concepción.

Durante el primer bloque de la jornada, el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, leyó algunos versículos de la Biblia e invitó a los participantes a reflexionar y orar.

“El mundo entero está lleno de iniciativas que permiten encontrarnos con el Señor y la Pastoral de la Esperanza, fundada por el Padre Arnoldo Vega, es una de ellas”, señaló Monseñor Chomali.

“Aquí estamos los agobiados y cansados, aquí encontramos reposo del alma porque hay un gran anhelo de encontrarse con Dios. Pero también, hay mucha alegría y sobre todo mucha esperanza. Por lo tanto, son momentos muy hermosos de encuentro con la comunidad y con la palabra de Dios”, agregó.

La Pastoral de la Esperanza nace en el año 2002 como respuesta a la necesidad que existía en la Pastoral Familiar, ya que normalmente atendían problemas que se generaban en el matrimonio, pero también “llegaba mucha gente con dolor, con sufrimiento y los temas no los encontraban en esa Pastoral”, explicó Mario Torres, Coordinador de Pastoral de la Esperanza.

En la actualidad, la Pastoral de la Esperanza está totalmente dedicada a trabajar con personas que estén pasando por momentos de dolor y desesperanza, enfocándose en cuatro temas principales: emergiendo el dolor, la soledad, el duelo y el perdón.

Mientras que, las actividades anuales están guiadas bajo cuatro ámbitos, “la espiritualidad, donde están involucrados los retiros; la formación, en donde se entregan temas específicos para las monitores que trabajan con las personas con dolor; la fraternidad, en donde nos unimos para trabajar y compartir la alegría de conocer a Jesús en un ambiente de actividades; y por último, está todo lo que corresponde a la solidaridad”, mencionó el Coordinador Pastoral.

Para Cecilia Humere de la comunidad San Pablo, la “Pastoral es una pasión” y lleva 13 años participando e incluso ha llegado a ser monitora. Además, contó que durante estos años, tuvo que pasar por un “sufrimiento muy fuerte y me di cuenta que entre en un momento de desesperación, todos lo hacemos cuando te pasan cosas fuertes, pero después pensando me di cuenta que no podía estar así, yo me hinqué y le pedí al Señor de rodillas y a los 3 días estaba bien (…) me di cuenta que la pastoral me dejó una enseñanza divina enorme, me enriquecí con eso”.

Por su parte, Manuel Ulloa de la comunidad Santa Clara, quién llegó a la Pastoral por una invitación, expresó que “me sorprendió en ese minuto porque supuestamente la pastoral era para las personas que estaban sufriendo, que tenían alguna dificultad y yo en ese momento no tenía ninguna”.

Aceptó participar y tiempo después, “pasé por un momento bien complejo, con la pérdida de unos seres muy queridos, choqué el auto, pasé por unas pruebas muy complejas (…) Gracias a esta pastoral pude salir adelante y me sirvió mucho en mi vida personal, en mi vida afectiva, en mi vida de fe y en mi vida de compartir con las personas de la comunidad.  Hasta el día de hoy sigo participando porque me llena de satisfacción y espíritu. Ayudar a las personas que tienen dificultades es muy hermoso”, puntualizó.

Posteriormente, la segunda parte del retiro estuvo a cargo de las hermanas misioneras de la comunidad Mar Adentro y finalizó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el Padre Pedro Gómez.