Junto con animar a los seminaristas, a los formadores, profesores y personal que participa en el Seminario Metropolitano de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, llamó a los asistentes a la Eucaristía de la fiesta patronal de San Luis Gonzaga, a orar y trabajar por las vocaciones sacerdotales.
Este año, la celebración nuevamente se realizó en casa de formación Betania, con presencia de los formadores, la mayoría del clero y personas que colaboran en el servicio al Seminario. A la Eucaristía presidida por Monseñor Chomali asistieron Monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar y Monseñor Carlos Pellegrin, Obispo de la Diócesis de Chillán.
En su homilía, el Pastor señaló que “este es un momento eclesial de una de una densidad, de una riqueza que no se encuentra tan fácilmente, y que es capaz de convocar a personas tan diversas en una celebración eucarística (…) aquí hay una síntesis muy potente de lo que significa la Iglesia”. Agregó que lo primero que le surge como pastor de esta Iglesia es “una profunda acción de gracias por la labor de formación de sacerdotes tanto de la Arquidiócesis de Concepción, como de las diócesis de Chillán, Los Ángeles y Punta Arenas”.
Afirmó que “el seminario es un lugar muy querido por los sacerdotes, uno siempre tiene recuerdos, gratos recuerdos, de hecho hay muchos ex alumnos que han descubierto que no tenían vocación al interior del seminario y, sin embargo, se encuentran aquí con un corazón muy agradecido. La verdad es que detrás de la vida del seminario hay una gran riqueza, no hay estructura formativa tan densa, tan profunda, tan integral como aquella que se da en el seminario, porque se toma al hombre en su condición humano espiritual, está la formación intelectual en el contexto de una razón científica y ética a la vez, está el contexto espiritual, está el contexto de formación humana, de reconocerse como hermanos al servicio de los demás y el contexto pastoral, por lo tanto son años de mucha riqueza humana”.
En su reflexión, expresó que el seminario es “el lugar de la formación y nosotros comprendemos que no nos podemos formar, sino que en la persona de Jesucristo, nuestro Señor. Por lo tanto es sobre todo y en primer lugar, el lugar privilegiado para conocer a Jesucristo vivo, para amar a Jesucristo, para seguir a Jesucristo, para configurarse como Jesucristo y para estar con Jesucristo. Es el lugar indispensable para lograr la intimidad con el Señor que es la razón de ser de nuestra vida, es la razón de ser de nuestro ministerio, de nuestra esperanza y por la cual nos hemos considerado a Él”.
Monseñor Chomali llamó a los presentes a preocuparse por el seminario aún más en estos tiempos porque “los desafíos que se le presentan al obispo, a los formadores, a los profesores y a todos nosotros son inmensos porque estos jóvenes, y lo digo abiertamente, son hoy héroes porque pretenden vivir exactamente como el mundo dice que no vivamos (…) por eso que debemos ser muy vigilantes y tener un espíritu crítico”.
Finalmente, Monseñor agradeció a los formadores por su abnegada acción y profunda generosidad. A los profesores que con su sabiduría, con su sapiencia van entregando los contenidos para que los seminaristas puedan ir aquilatando su vocación desde la fe y también desde la inteligencia. Al personal administrativo, a todos aquellos que colaboran, manifestando que “todos tenemos una gran responsabilidad de llevar a estos jóvenes llenos de ideales al encuentro del Señor para que se configure en ellos lo que más importa un corazón de pastor al estilo de Jesucristo”.
La celebración concluyó con un almuerzo y un partido de fútbol, en canchas de la UCSC, entre seminaristas y sacerdotes.