En el gimnasio de la cárcel El Manzano de Concepción, más de 200 internos, acompañados de sus familias y miembros de la pastoral penitenciaria, participaron en la celebración de la Eucaristía de Navidad, presidida por Monseñor Fernando Chomalí este sábado en la mañana.
Estuvieron también en la celebración eucarística Monseñor Pedro Ossandón, el padre Germán Hermosilla, quien coordina la pastoral penitenciaria en la Arquidiócesis de Concepción, los sacerdotes agustinos, Fray Juan Carlos Ayala y Fray Yuliano Viveros, así como diáconos permanentes y un seminarista de la parroquia Santa Cecilia. En esta oportunidad, dos presos recibieron los sacramentos del bautismo, primera comunión y confirmación.
Monseñor Ossandón, Obispo Auxiliar, manifestó durante la homilía que “El Niño Dios, el pobre de Belén nos trae tres regalos en este tiempo, la Navidad nos trae este inmenso regalo que parece imposible para los hombres (…), me refiero a que en primer lugar es posible hablar con Dios, no estamos solos ni abandonados, las tinieblas no durarán para siempre ni el odio será la última palabra y mucho menos la muerte (…), otro don precioso que nos trae la Navidad es precisamente el contenido de este diálogo de Dios con nosotros donde nos trae su misericordia, su amor, su perdón, su justicia, su santidad y su paz (…), en tercer lugar este Niño nos trae una buena noticia, Dios para salvarnos, para sacarnos de las tinieblas del error, del pecado, Él mismo se hace carne y nace como uno de nosotros para que podamos ser rescatados por Él, es posible nacer de nuevo por la gracia del Bautismo, ”.
Por su parte, la Sra. Marta Elena Pinto, quien preparó a los internos para recibir los sacramentos, siendo además madrina de uno de ellos señaló muy contenta que “ha sido una experiencia muy gratificante en estos años ver a personas que han cometido errores, decidirse por seguir el Evangelio y otorgarle otro rumbo a sus vidas es”. Edgardo Morales, uno de los internos que recibió los sacramentos dijo que a través de este acontecimiento “encuentro paz en Dios, algo muy necesario para completar mi condena de 30 años”.
Al finalizar la Misa a ambos obispos se les hizo entrega de creaciones en madera elaboradas por los mismos internos que en su mayoría sentían esta Navidad diferente, por contar con la presencia de los dos obispos de nuestra Arquidiócesis. Para muchos la Navidad es sinónimo de compartir en familia, disfrutar una cena y alegrar a los niños, pero para quienes se encuentran privados de libertad es distinto. Por eso adquiere especial valor espiritual para los internos esta celebración navideña.
Asimismo, nuestro Arzobispo, antes de comenzar la Eucaristía señaló a los medios de comunicación que generosamente se hicieron presente en esta celebración “que estar con los privados de libertad, es estar con Jesús”.