Evangelización “entre rejas”

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Publicado el: 31 agosto, 2011

La Pastoral Penitenciaria se desenvuelve con los hombres y mujeres vinculados al mundo penitenciario, a través de programas de atención integral que incentiven su crecimiento en la fe y provoquen cambios de actitud. Con vocación de servicio, asumen el compromiso de promover procesos de sensibilización frente a la realidad penitenciaria.

Además de cumplir su labor evangelizadora tras las rejas, la Pastoral Penitenciaria realiza diversos programas de atención y promoción social integral para las familias y funcionarios de los recintos penitenciarios.

Chile en la actualidad tiene en el sistema penal entre condenados e imputados un total de 55.084 personas, cifra que se divide en 49.981 hombres que corresponden al 90,73% del total de la población penal y 5.104 mujeres.

Delitos contra la propiedad (robos), trafico de drogas, delitos sexuales y delitos económicos son las causas por las que la mayoría de los hombres se encuentran cumpliendo una pena carcelaria. Por su parte la población penitenciaria femenina es a raíz de delitos como trafico de drogas, hurto, Robo con Intimidación/fuerza/sorpresa.

La Región del Biobío tiene una población total penal de 4.366 personas, de ellas, 4.097 son varones y 269 mujeres. Se encuentran distribuidas en distintos recintos penales como: el Centro de Cumplimiento Penitenciario El Manzano, el Centro de Educación y Trabajo Concepción, el Centro de Cumplimiento Penitenciario BioBío, el Centro de Detención Penitenciaria Yumbel, el Centro de Cumplimiento  Penitenciario Coronel, el Centro de Detención Penitenciaria Arauco, el Centro de Detención Penitenciaria Lebu y el Centro Educación y Trabajo Cañete.

En nuestra Arquidiócesis la Pastoral Penitenciaria, dependiente del Área Social del Arzobispado, se define como la acción Evangelizadora de la Iglesia en el mundo Penitenciario, para que por medio del anuncio de la Palabra de Dios, la celebración de la fe y  la vivencia de la caridad, propicie un encuentro vital, personal  y comunitario con Jesucristo. Esta pastoral es enviada por la Iglesia para evangelizar el mundo penitenciario, donde se encuentra presente una porción del Pueblo  de Dios, que es la Iglesia “entre rejas”.

La Hermana María Raquel García, Misionera de Nuestra Señora del Pilar, vive en Yumbel y trabaja para la Pastoral Penitenciaria hace dos años visitando a los internos del Centro de Detención Penitenciaria de la misma comuna, emocionada señala que “ha sido una experiencia importante, algo que no busqué y donde no pensaba estar sirviendo. Se nos da la posibilidad para trabajar plenamente y lograr una muy buena relación con los internos. Poder contactarme con ellos que se abren y nos comparten su historia ha sido impactante por un lado, pero al mismo tiempo me ha ayudado a saber escuchar, entenderlos y ponerme en su lugar con la realidad que han vivido”.

La misionera agrega que los internos “han sido dañados muchos de ellos en su vida familiar y en su vida personal. Hay varios que han vivido en la calle que han sabido abrir su corazón para que la Palabra de Dios pueda llegar a ellos. Nos hemos propuesto tener siempre una actitud de escuchar, de acogida y también de entregar la Evangelio con mucha ilusión, para que pueda penetrar en su corazón y haga los cambios que Dios quiere de ellos. He visto cambios sustanciales en los internos, conversiones en proceso que son signos de esperanza de que Dios actúa cuando se abren a Él”.

El padre Germán Hermosilla, encargado de esta pastoral en nuestra Arquidiócesis asume esta tarea a la luz de lo que nos invita el mismo Señor, como una opción  preferencial por los pobres y excluidos.  Como el buen Pastor, busca  a  la oveja perdida, descarriada y marginada por la sociedad,  proponiendo un encuentro  con Jesucristo vivo, camino de auténtica conversión y misión”, señala.

Una de las acciones emprendidas por la Pastoral Penitenciaria es la promoción de la dignidad humana propia de los internos(as) y funcionarios(as), a través de la defensa de sus derechos y de la promoción de su desarrollo integral. Asimismo se fortalece la catequesis sacramental, considerando la situación especial de cada interno, interna y funcionarios(as), para fortalecer la fe y esperanza en Dios Padre.

Fabián Álveal Gómez, interno trasladado después del terremoto desde la cárcel de Los Ángeles a la de Yumbel comparte su experiencia al participar en la Pastoral Penitenciaria: “El trato que he tenido acá es distinto, comencé a integrarme en la Iglesia dentro de la cárcel, he visto que algo cambió en mí, ya no le faltaba el respeto a los demás, ya no era el mismo. Empecé a querer, a valorizar a mi familia, donde descubrí que realmente me querían. Comencé a asistir a Misa, me di cuenta que el padre que hacía la Misa no nos miraba como delincuentes, sino como hermanos, nos ha acogido súper bien, ya no me siento discriminado por estar en la cárcel. Empecé a sentirme más querido y me preparé para recibir el sacramento de la Confirmación. Me encontré con Dios, me siento perdonado, cosa que antes no sentía por el delito que cometí”.

Actualmente como una forma de integrar a la sociedad en su conjunto esta pastoral también coordina y facilita el ingreso a las unidades penales de Parroquias, Colegios y Movimientos de Iglesia, para realizar actividades pastorales, que contribuyan a la formación integral de los internos, haciéndoles concientes de que son hijos de Dios.

Pero la labor no se acaba ahí esta pastoral tiene otras tareas como la formación mensual para todos los agentes de la Pastoral que en su mayoría son laicos, también celebra la Eucaristía Semanal para los internos,  una Eucaristía mensual para los funcionarios de Gendarmería, así como Jornadas anuales de capacitación para funcionarios y agentes penitenciarios. Parte de la misión en la cárcel es la Catequesis  de Iniciación a la Vida Eucarística para los internos, una visita pastoral cada tres meses a todas las cárceles de la Región del  Bío-Bío, catequesis para los funcionarios y su familia. (Matrimonio, Bautismo), apoyo solidario para los internos, (consistente en ropa, útiles de aseo, alimentos, etc.), venta de trabajos confeccionados por los internos a través de los agentes de  la pastoral.

Marta Aravena, Sargento Segundo de Gendarmería de Chile, lleva 19 años en esta Institución y 10 años trabajando en la cárcel de Yumbel. Ella coordinadora la parte pastoral, organizando actividades tanto internas como externas dentro de la unidad penal, “contribuyo con un granito de arena, llevándoles un mensaje espiritual a los internos, viendo sus necesidades y la de sus familias”, señala Marta, quien también indica que la parroquia San Sebastián de Yumbel siempre está atenta a esta pastoral para cubrir cualquier necesidad como por ejemplo visitar a algún interno que esté enfermo.

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