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Familia peruana Palacios Pineda: “En Concepción son súper acogedores”

Publicado el: 24 Agosto, 2011

En la Arquidiócesis de la Ssma. Concepción, la Pastoral de Migración fue creada como departamento en el año 2009, recogiendo una experiencia de trabajo realizada en los últimos años con las colonias extranjeras. El fenómeno de la migración en nuestra zona se ha hecho más significativo en el último tiempo, en especial con la llegada de hermanos de países vecinos en busca de mejores expectativas de vida.

Edgar Palacios junto a su esposa Sara Pineda y sus hijos Jordi (18), Michelle (13) y Edgar (8) son una familia peruana que vivían al norte de Lima en la ciudad de Trujillo, y que desde el año 2005 viven en Concepción, donde se instalaron con un restaurante de comida peruana en el centro de Concepción. Ellos participan en la Pastoral de Migración de nuestra Arquidiócesis desde que se formó, así como también se sienten parte de la parroquia La Merced.

¿Desde hace cuánto tiempo están en Chile?

Desde el 20 de enero de 2005 me vine primero directamente a Concepción y después de 11 meses pudo venirse mi familia completa.

¿Por qué optaron por este país para vivir?

Si no hubiese sido Chile habría sido otro país, ya que la intensión fue siempre salir de Perú de alguna u otra forma. Yo igual también estuve en otros lugares, pero al final predominó la cercanía de nuestros países, además de que era más fácil venirse a Chile y resultaba más rápido adaptarse, aunque a los hijos les ha costado más, sobre todo en el plano educativo. Otro factor era que mis hermanos ya estaban en Chile, y según los valores que nos inculcaron siempre nuestros padres fue mantener a la familia unida. Se nos dio la oportunidad de irnos de Perú y la hemos aprovechado.

¿Les gusta Concepción, por qué?

Si nos gusta, porque es tranquilo y nos da muchas alternativas para poder crecer. La gente es acogedora, hasta el momento no hemos tenido problemas con nadie. Nos hace acordarnos de la ciudad de donde venimos nosotros que también es costera y que incluso tiene casi la misma distancia con la capital.

¿Les ha costado acostumbrarse a las tradiciones de este territorio?

No nos ha costado mucho a pesar de haber vivido en un clima muy distinto al de acá. Cálido y de aguas tibias. En el aspecto social a Michelle le ha costado acostumbrarse a los jóvenes de su edad que son más desinhibidos y extrovertidos que en su ciudad de origen.

¿Qué es lo que más les gusta de esta zona?

El Huáscar que está en Talcahuano (sonríen). Lo que más nos ha gustado es la posibilidad de integrarnos a una ciudad que está un poco retirada de la capital, donde es más fácil acostumbrarse y crear lazos de amistad. Aquí la gente inmigrante es más ordenada.

¿La gente de esta ciudad es acogedora?

En Concepción son súper acogedores, debe ser por que es una ciudad sureña con buenas costumbres, que se traduce en su generosidad, no es como la parte del norte que es más castigadora en temas raciales. No se ve gente que nos griten: “cholos” devuélvanse a su país.

¿Han vivido alguna especia de discriminación?

Hubo un caso en que un grupo neonazi nos paró en la calle a unos muchachos que trabajan con nosotros en el restaurante y les gritaron: ¿por qué no se van de este país?. Pero en general nos han acogido bastante bien y ejemplo de eso es el crecimiento de nuestro negocio.

¿Hace cuánto tiempo participan en la Pastoral de Migración?

Dos años después de haber llegado a Concepción pudimos traer al Señor de los Milagros, de quien somos muy devotos los peruanos. Todos los años desde que llegó este “santito” hemos estado integrados a esta pastoral donde podemos compartir incluso con chilenos nuestras costumbres. Es bonito traer nuestras tradiciones para acá, pero sin el afán de imponerlas.

 

¿Qué lugar tiene Dios en sus vidas?

El primero, Él está sobre todas las cosas. Si Él no existiera el mundo estaría todo revuelto. Su presencia es importantísima en la vida de todas las personas.

© Arzobispado de Concepción