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Joven que representó a Chile en encuentro internacional: “Volví con muchas ganas de entregar todo lo que aprendí”

Publicado el: 5 Junio, 2024

Catalina Henríquez representó a Chile en el encuentro internacional por los cinco años de la Exhortación Apostólica Christus Vivit, que se realizó entre el 22 y el 26 de mayo en Roma, convocado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

En esa instancia, Catalina participó en una audiencia con el Papa Francisco y pudo entregarle una miniatura de la Cruz Peregrina de la Jornada Nacional de la Juventud (JNJ) y el libro “Frecuentemos el Futuro”. 

La joven, que participa activamente en la Comunidad de Servidores de la Vicaría Pastoral de Juventud de la Arquidiócesis de Concepción y también en la Pastoral de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, valoró la oportunidad de poder saludar y hablar con el Papa, pues “aunque fueron un par de segundos, van a quedar siempre en mi recuerdo”

Respecto a la experiencia de participar en este encuentro internacional, Catalina expresó que “fue increíble” y agregó que “aunque han pasado algunos días, todavía siento que no fue real, que fue un sueño. Pude aprender mucho, compartí con hartos jóvenes que componen la Pastoral Juvenil Latinoamericana, y también con obispos”. 

En ese contexto, relató que en el congreso “nos mostraron cómo es la cultura coreana, nos presentaron lo que será la próxima Jornada Mundial de los Jóvenes con el Papa en Seúl” y agregó que “en Corea tienen una historia muy fuerte, pues la mayoría de los católicos y los jóvenes católicos hasta hace muy poco eran perseguidos por su fe, por sus creencias. Y en este encuentro nos demostraron que ellos están muy felices, llenos de esperanza y expectativas de que podamos vivir una JMJ allá”. 

Catalina valoró la simpatía y el buen ambiente que se generó en el encuentro y destacó que “aunque mucha gente puede pensar que el idioma es una barrera, realmente no lo fue (…) no fue un impedimento para conocernos, para crear vínculos, para aprender y para vivir nuestra fe. Tuvimos la fortuna y la gracia de poder tener una Misa en español, al día siguiente en italiano, también en inglés y otra en inglés mezclada con coreano, y daba lo mismo el idioma, estábamos ahí por la fe, por lo que nos movía, por Dios, y nos podíamos involucrar, podíamos vivir la Misa sin importar si era en nuestro idioma o no”. 

Además, dijo sentirse agradecida, pues pudo apreciar lo bendecida que es la realidad de la Iglesia chilena y especialmente la de Concepción, “me di cuenta de que somos bastante bendecidos en muchas cosas y también en cosas relacionadas con los jóvenes, porque en muchas partes no tienen voz o no son muy considerados y acá nuestros acompañantes sí nos dan la oportunidad de equivocarnos y de aprender. Bueno, de partida estoy agradecida porque tenemos a alguien que nos acompaña, lo que en otras partes no sucede. También tenemos un espacio propio”.

“Aún no creo que haya sido realidad, porque pasó todo tan rápido. Desde que me dieron la noticia hasta que me fui pasaron un par de meses solamente y creo que viví el congreso y la experiencia a concho. Volví con muchas ganas de entregar todo lo que aprendí, de poder ponerlo en práctica (…) Tenemos que seguir aprendiendo, trabajando. A veces los cambios asustan, pero también son buenos”, enfatizó. 

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