Entre el 15 y el 20 de julio se realizó el XXI Encuentro Latinoamericano de Pastoral Juvenil en Asunción, Paraguay, donde una joven de la Arquidiócesis de Concepción representó a nuestro país.
Se trata de Catalina Henríquez, quien hace pocos meses también había representado a Chile en el encuentro que se realizó en Roma por los cinco años de la Exhortación Apostólica Christus Vivit, y que ahora tuvo la oportunidad de participar en este encuentro latinoamericano junto al padre Pablo Valladares, quien es el asesor nacional de la Pastoral Juvenil.
Catalina afirmó que esta instancia fue “el reencuentro post pandemia, porque como pastoral latinoamericana no nos habíamos podido reunir. También fue el reencuentro por nuestras regiones y pude conocer a gente de la Región Cono Sur, en la que se encuentra Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, con quienes pudimos unir lazos”.
“Fueron días intensos, donde pudimos compartir y aprender mucho. Empezábamos temprano, a las seis, con la Misa. Luego teníamos un desayuno compartido, teníamos momentos de charla, de escucha, de compartir en grupos, por regiones y también como país”, detalló.
En ese contexto, destacó la oportunidad de “haber conocido y escuchado tantos testimonios de cómo se vive la fe en distintas partes de Latinoamérica y El Caribe” y señaló que aunque “a veces podemos ser muy distintos, tenemos problemas muy similares. Hablamos mucho de cómo podemos incluir esta diversidad, esta multiculturalidad o pluralidad que existe en el mundo juvenil. Se habló de cómo acoger (…) Bueno, en este encuentro pudimos entender un poquito y adentrarnos también en los dolores y sufrimientos del mundo”.
Catalina relató que hubo “un día de misión, donde pudimos ir a visitar las diversas realidades que hay en Paraguay y que también sabemos que existen en nuestros países. Por ejemplo, a mí me tocó ir a un centro comunitario que maneja Caritas Paraguay y el arzobispado, donde ayudan a dar soluciones habitacionales a una población que se llama Chacaritas, que constantemente sufre inundaciones porque está a la ribera del río, además tienen problemas porque son terrenos que quieren recuperar los privados para poder construir grandes centros comerciales, porque tienen una vista privilegiada y están en un sector privilegiado, que es el casco histórico de Asunción. Y la Iglesia ha aportado ahí desde ayuda para niños, con clases de reforzamiento, hasta talleres para las mujeres del sector. Es un sector muy pobre y tienen talleres para que ellas puedan emprender. Trabajan con asistentes sociales, con el Estado, con el Arzobispado de Asunción para poder ayudar a esta comunidad”.
“También pudimos aprender un poquito de la historia del dolor de Paraguay y nos dimos cuenta de que esto que sufre Paraguay no son sólo ellos, sino que también es una realidad que vivimos cada uno de nosotros en nuestros países. Tuvimos diversas charlas, aprendimos un montón sobre la evangelización digital y siento que este también es un camino que debemos empezar a tomar más fuertemente, porque el continente digital es un lugar de misión, donde nosotros también tenemos que adentrarnos”, enfatizó.
Durante el encuentro también hubo instancias en las que los representantes de los distintos países pudieron dar a conocer su cultura, mostrando sus bailes y juegos típicos. Además, contaron con la presencia de dos sacerdotes coreanos, “uno que vive en Colombia y otro que viajó desde Seúl, para hablarnos acerca de la próxima JMJ que se realizará en Seúl. También hubo gente del Vaticano, que nos vino a acompañar y a hablar acerca del continente digital. También vinieron una chicas de Canadá, que trabajan en pastoral universitaria y que quedaron fascinadas con la alegría latina”
“Fue una muy linda experiencia y espero que otras personas también la puedan vivir en algún momento. Sé que hay un montón de jóvenes que dicen “me encantaría conocer” y estas son experiencias que te nutren en la fe y que te ayudan a crecer”, puntualizó.
