Con gran entusiasmo, los jóvenes del voluntariado Huella se encuentran acompañando a la comunidad de Curanilahue desde el jueves 4 de enero y realizarán actividades en la zona hasta el viernes 12 del mismo mes.
Huella es un proyecto formado por jóvenes, bajo el alero de la Pastoral de la Universidad del Desarrollo (UDD), que busca evangelizar a través de la misión, construcción y talleres solidarios.
Benjamín Mendoza y Francisca Rebolledo son los Jefes Generales del voluntariado y comentaron que en Curanilahue están realizando talleres dirigidos a adultos, jóvenes y niños, entre las 15:00 y las 17:30 horas, en el Colegio Pablo Neruda de la comuna.
“Nosotros venimos a las comunidades para hacer talleres y para conocerlos, servirles y ayudarles en todo lo que podamos. Básicamente, nosotros hacemos difusión y misión, entonces vamos casa por casa, preguntando en qué podemos ayudar, conversamos con las personas y de esa forma también los conocemos un poquito”, detalló Benjamín.
Francisca dijo que este voluntariado está funcionando desde hace varios años y comentó que “siempre buscamos una comunidad que nos acepte y para nosotros es súper especial, porque igual uno tiene el miedo de que quizás no nos abran las puertas o nos miren y pasen de largo, pero en verdad esta comunidad ha sido demasiado linda, nos ha recibido con los brazos abiertos”.
“Lo más importante es que nosotros sentimos una sensación gratificante, porque van a los talleres y se van felices, que ese es nuestro objetivo final”, agregó.
Asimismo, Benjamín destacó que “la comunidad de Curanilahue ha significado mucho para nosotros en este tiempo, porque ha sido como una familia y es lo que nosotros queremos lograr. Poder conocerlos y de esa forma ver cómo podemos ayudarlos. Hemos pasado casa por casa y por pequeños gestos que nosotros hacemos, las personas son súper agradecidas con nosotros (…) A nosotros nos llena el corazón y eso es lo que nos llevamos. Y esperamos poder mantener ese contacto con todas las personas que conozcamos”.
“Una de las cosas que a nosotros más nos motiva es que estamos muy agradecidos de lo que Dios nos dio y por lo mismo queremos devolver el gesto con los demás. Eso es al final lo que nos está motivando e impulsando a esto”, enfatizó Francisca.
Por su parte, el Administrador Parroquial de San José de Curanilahue, Padre Pablo Leiva, afirmó que “la misión siempre es una oportunidad hermosa para animar la fe de la gente. Durante el verano se realizan distintas acciones misioneras, son distintos los grupos misioneros. Ahora está Huella, más adelante estará Misión País, y son un aporte”.
En ese sentido, señaló que “el hecho de que haya jóvenes que recorran las calles, que visiten a las familias, que hagan talleres de crecimiento en la fe, de fraternidad, es un aporte. Y muestra que la fe está viva, que los jóvenes sí están con Jesús, sí están queriendo servir y dispuestos a ayudar al prójimo. Entonces yo lo veo como una linda oportunidad para que nos demos cuenta de cuán viva es la Iglesia, cuán hermosa es la Iglesia y cómo tantos están dispuestos a servir y amar como Jesús”.
El pasado domingo 7 de enero, los voluntarios de Huella, luego de participar en la Santa Misa, cantaron su himno en el exterior de la Parroquia San José de Curanilahue:
“Alegres en la fe, testigos de tu amor, queremos llevar la alegría, ser tus instrumentos, Señor. Te damos nuestro trabajo, recibe los dones también, la fuerza de la juventud para que, Jesús, despiertes la esperanza y dejes huella en el tiempo de hoy, dejes huella en cada rincón. Esta huella que dejaste aquí, en nuestro corazón, es fuego que arde en misión. Unidos queremos lograr el rostro del mundo cambiar y entregarlo todo por ti, nos llena por dentro, nos da vida. Nos llamaste para ayudarte a sanar heridas y el dolor, María nos muestra el camino para responder siempre de tu mano. Y dejar huella en el tiempo de hoy, dejar huella en cada rincón, esta huella que dejaste aquí, en nuestro corazón, es fuego que arde en misión”.
