Juan Pablo II: ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día habían perdido sus valores?

Más Noticias

Publicado el: 20 junio, 2011

La Jornada Mundial de la Juventud es una celebración internacional de la fe, en la que el Papa invita a jóvenes de todo el mundo a un lugar concreto. Su origen está en 1984, año en el que más de 300.000 jóvenes de todo el mundo acudieron a Roma para el Jubileo Internacional de la Juventud un domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro.

Asombrado por el gran número de personas, la noche antes del domingo de Ramos, el Papa Juan Pablo II dijo a los jóvenes: "Qué fantástico espectáculo veros todos aquí hoy! ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día habían perdido sus valores? ¿Quién dice que no se puede contar con ellos?". Y así empezó la búsqueda personal del Papa para que este magnifico encuentro de fe de los jóvenes se convirtiese en algo más permanente.

Un año después, la Organización de las Naciones Unidas proclamó 1985 como el "Año Internacional de la Juventud". El Papa vio en esa ocasión una oportunidad para organizar otro gran encuentro de jóvenes para ese año, invitándolos a celebrar con él el domingo de Ramos en Roma. Luego de una semana el Papa anunció la creación de la Jornada Mundial de la Juventud como una forma de acercarse a la próxima generación de católicos, demostrando tener confianza en ellos, rejuveneciendo la Iglesia y llevando a cabo sus enseñanzas.

 Hasta ahora han habido 23 Jornadas Mundiales de la Juventud, y de ellas 10 como encuentros internacionales: en 1987 en Buenos Aires (Argentina), en 1989 en Santiago de Compostela (España), en 1991 en Czestochowa (Polonia), en 1993 en Denver (EEUU), en 1995 en Manila (Filipinas), en 1997 en París (Francia), en 2000 en Roma (Italia), en 2002 en Toronto (Canadá), última JMJ presidida por el Papa Juan Pablo II, en 2005 en Colonia (Alemania) los jóvenes se encontraron con el Papa Benedicto XVI y, de igual forma, en 2008 en Sydney. La siguiente será en Madrid (España) en agosto del presente año.

Testimonios de algunos peregrinos

Para muchos jóvenes las Jornadas Mundiales de la Juventud suponen una experiencia inolvidable. Conocen a cristianos y cristianas de todo el mundo, celebran juntos una gran fiesta y de este modo viven su fe de una manera nueva. “Descubrí uno de los llamados que tenía Jesús para mí. Ser simplemente un testigo en mi entorno. Sabernos Iglesia, compartir una misma cruz, una misma luz y cantarle al Dios con nosotros. Juan Pablo II, nos lo dijo muy claro: Ustedes están llamados a ser los centinelas del mañana”, relata como si fuera hoy que volviera a escuchar esas palabras, Fanny Salazar, quien ha tenido la gracia de estar en Roma 2000, Colonia 2005 y Sydney 2008.

Los participantes quedan profundamente conmovidos por la fuerza del mensaje del Papa. El Papa tiene grandes esperanzas puestas en los jóvenes y les infunde ánimo y valentía para su vida diaria. La experiencia de la fe común más allá de países, idiomas y culturas, les fortalece en su camino personal. “Admiro muchísimo a Juan Pablo II  quien condujo durante tantos años a la Iglesia. En París yo quería testimoniar mi apoyo al Papa, pero sobre todo tomar parte a las fuerzas vivas que sostienen a la Iglesia del presente y del mañana. ¿Quién mejor que los jóvenes, para asegurar un tal sostén?”, recuerda muy contento Édison Brito, uno de los jóvenes que estuvieron en París 1997 y en Colonia 2005.

Quien haya estado en alguna JMJ ha sido testigo de los cientos de miles de jóvenes que se reúnen, de las noches a la intemperie, de las horas de espera, del calor y del frío, de la gente saltando vallas para estar un paso más cerca del escenario; y todo esto por responder a la invitación de una persona, el Papa. “Cada uno va con sus expectativas, todas diferentes, más todo el mundo sale fortalecido. Lo que se encuentra es un espíritu de comunión y de alegría de ser cristiano que se comparte más allá de las nacionalidades. Viendo la enorme multitud de jóvenes no se puede volver a decir que estamos solos siendo un joven católico” señala Édison.

La JMJ que nació con Juan Pablo II se ha convertido, para muchos, en el encuentro que cambió su vida. “La jornada te interpela, te motiva, pero el trabajo se lleva en cada una de nuestras vidas. Hoy quizás soy más consciente de los regalos de Dios, valoro mucho más las cosas y las oportunidades que Dios nos brinda. Me reconozco amada, pero quizás también con el deber de ser más”, afirma Fanny que ya está preparada para vivir una nueva experiencia de fe en Madrid 2011

El woodstock del catolicismo continúa, y muchos seguirán encontrando, como tantos otros jóvenes que han estado en una JMJ, el camino por el que andar el resto de la vida. Ya lo dijo Juan Pablo II: “Si sois lo que tenéis que ser, seréis luz para el mundo”.

Más Noticias