La Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo da esperanza y fuerza

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Publicado el: 10 junio, 2012

Con una Eucaristía y una procesión en torno a la plaza Independencia de Concepción, se celebró la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

La celebración fue presidida por monseñor Fernando Chomali, en la catedral, con presencia de numerosos fieles, que acompañaron la procesión.

Monseñor reflexionó que la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo es “una de las fiestas más hermosas que celebra la Iglesia Católica en su vida litúrgica. Es una de las celebraciones que además nos da más esperanza y fuerza  para continuar viviendo”

Destacó, como experiencia de vida, que “no estamos solos. No somos huérfanos. Pueden pasar muchas cosas en nuestra  vida, pero Dios  permanece. Él se constituye en nuestra esperanza y lo hace con un gesto de amor”, afirmó en su homilía.

Dijo que “cuando celebramos la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo estamos diciendo que se cumple la promesa que Él nos dejó, deque estará con nosotros hasta el fin de los tiempos”.

Manifestó a no tener miedo, porque “Dios nos acompaña en nuestra vida y, por eso es importante el sacramento de la Eucaristía, que esté presente en las parroquias, en las capillas  y sobre todo constituye un lugar donde podamos ir a rezar y decir Señor,tú estás aquí, y yo creo en Ti, porque tu palabra es verdadera cuando tu dijiste que este es mi Cuerpo y este es mi Sangre y nos pides a nosotros, los sacerdotes, que hagamos  eso en memoria Tuya. Por lo tanto, es la razón que afirmaba que esta solemnidad es tan importante”

Invitó a salir renovados  de la celebración, pensando en  creer en el Dios de la historia, Dios de la salvación, en el Dios de la resurrección. Asimismo, planteó que “Dios quiera que esta asamblea suscite vocaciones sacerdotales, que surjan de las familias, para que podamos continuar celebrando la Eucaristía y tener la presencia maravillosa de Dios en medio de nosotros,   a través de la Sangre y el Cuerpo de Cristo, pan y el vino que, por acción del sacerdote, se convierten en su Cuerpo y su Sangre”.

Desde la catedral, con gran solemnidad, el Santísimo Sacramento fue llevado por Monseñor Chomali, para realizar una procesión con cuatro estaciones, con pequeños altares que fueron levantados por los colegios Salesianos, Instituto de Humanidades, San Agustín e Inmaculada Concepción.

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