Con presencia de autoridades encabezadas por el Intendente regional, Rodrigo Díaz y dirigentes políticos y numeroso público se realizó el acto litúrgico de acción de gracias, tras el fallecimiento del expresidente de la República, Patricio Aylwin, celebrado en la catedral de Concepción, la noche del martes 19 de abril.
En su homilía, Monseñor Fernando Chomali recordó la figura del exmandatario y resaltó algunas de sus principales características. “Es muy hermoso reunirse para rezar. Habrá tiempo para los homenajes y en 50 años más sabremos realmente quién fue Patricio Aylwin; serán las generaciones que vienen sabrán la inmensa labor que realizó”.
Monseñor reflexionó sobre el sentido de la muerte. “Surge el enigma de la muerte. Es un gran enigma de la vida humana y algunos existencialistas como Sartre plantean que después de la muerte no hay nada y la vida resulta una fatiga inútil. Es triste vivir sabiendo que terminaremos en nada, pero quienes creemos, sabemos que la muerte no es la última palabra”.
Manifestó que “don patricio Aylwin era un hombre que conocía muy bien la Doctrina Social de la Iglesia; un hombre que cultivó la amistad con personas como el Cardenal Raúl Silva Henríquez, una persona de Misa, una persona que intentó durante toda su vida hacer el bien”
“La pregunta que nos surge, incluso al margen de la fe. ¿Una persona que ama, que tiene hijos, que le dedica mucho tiempo al país. Patricio Aylwin podía haberse quedado tranquilo en su casa y le dedicó mucho tiempo; se hizo cargo de muchos problemas ¿Puede una persona así terminar en la nada? ¿Da lo mismo haberse esforzado que no haberse esforzado? ¿Da lo mismo haber vivido una vida tan intensa política, familiar, social que no haberla vivido? Sencillamente, no da la mismo”.
Dijo que “Patricio Aylwin, desde su fe, se tomó la vida profundamente en serio y tomarse la vida así es tener grandes ideales, los ideales de la justicia, los ideales de la paz, los ideales del realismo, porque él era un hombre muy realista, para comprender las circunstancias y seguir trabajando. Por lo tanto, es muy distinto reunirse aquí sabiendo que un hombre como él termina en la nada, junto a Dios. Esa era su vocación y es eso lo que creemos nosotros y esto es lo que nos mantiene en la fe”
Expresó que “el Señor encontró a Patricio Aylwin, vivo, estaba desgastado por la edad, pero él sigue vivo en el corazón de los chilenos. Incluso, él “reventó” el twitter, porque muchas personas se referían a él con aprecio, con cariño y, eso, es sin duda, un patrimonio que tenemos que cuidar cada uno de nosotros. Pero no podemos mirar esto como el pasado cuando una persona de su talante muere. Tenemos que preguntarnos respecto de nuestra propia vida ¿Qué estamos haciendo por los demás? ¿Qué hacemos por nuestro país? ¿De qué manera estamos aquilatando el inmenso patrimonio de un partido como la DC para proyectar el futuro? De hecho, Patricio Aylwin no era un cosista, era un estadista, pensaba el país en largo aliento, pensando en los niños, en los jóvenes, en los pobres y, gran parte de lo que tenemos hoy como país, que tiene sombres por cierto, siempre las van a haber, pero tiene muchas luces y, en cierto sentido se lo debemos él, a su temperamento, a su fuerza, a su irrenunciable fe y a valores tan importantes que hemos olvidado hoy día como es la sencillez, la alegría – él fue un hombre siempre sonriente -, la firmeza, en definitiva, un hombre de Dios, lo digo con mucha responsabilidad; un hombre de Dios en su vida que puso todo lo que tenía para ponerlo al servicio de los demás y de lo cual estamos todos tremendamente agradecidos”, concluyó.