A las 12:30 horas de este domingo 18 de junio, el Padre Edgardo Ojeda tomó posesión como Párroco de la Parroquia Todos los Santos de Talcahuano, en un Eucaristía que fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez.
Recordemos que el Padre Edgardo actualmente también es Párroco de San José de Talcahuano, parroquia de la que tomó posesión el pasado 23 de abril.
En su homilía, Monseñor Bernardo afirmó que “tenemos la gracia, como Iglesia de Concepción, de poder encargar el cuidado pastoral, la vida del anuncio del Evangelio en este territorio de la Parroquia Todos los Santos al Padre Edgardo Ojeda, quien generosamente, después de haber hecho un discernimiento, ha respondido como en tantas ocasiones, una vez más, que sí a Jesús, que sí a su vocación y que sí a hacer presente el Reino de los Cielos, sanando, liberando y dando testimonio de Cristo como Buen Pastor”.
El Obispo Auxiliar de Concepción sostuvo que más que tiempos difíciles, estamos viviendo tiempos desafiantes, “porque confiamos en la absoluta bondad y misericordia de nuestro Dios, porque sabemos también que la Providencia Divina nos puede otorgar aquellas gracias que sabemos bien que no tenemos, pero de las cuales necesitamos absolutamente. Y son desafiantes, porque hoy día -como en otras ocasiones- hay un párroco que va a asumir dos comunidades parroquiales”.
En ese contexto, enfatizó que si bien el ideal es que cada parroquia y capilla tenga un sacerdote presente, “la realidad no es así hoy. Por eso digo desafiante, porque aquí ambas comunidades van a ser corresponsables con su párroco, con el diácono, con las religiosas, con los agentes de pastoral, de llevar adelante la acción evangelizadora”.
“No es simplemente que nombramos al Padre Edgardo párroco. De algún modo, lo que estamos haciendo en este día es la unción para un proyecto nuevo, donde todos y cada uno son parte corresponsable, pero no simplemente para mantener lo que ya está. (…) Nuestra pastoral no podría aspirar a ser una pastoral de mantención, agarrar lo que más se pueda de lo que ya tenemos hasta ahora, tratar de que no se nos oxide lo que tenemos. Eso es muy poco, queridos hermanos y hermanas, muy poco, poquísimo. Aspirar a que tengamos las misas, que haya lo justo para seguir adelante. No, eso no es un corazón de buenos pastores (…) Lo que queremos aquí es amplitud con Jesús, salir, itinerar, ir al encuentro. Queremos más y mucho más, esa es la aspiración”, destacó.
Monseñor Bernardo señaló que “una parroquia tiene que tener la capacidad con su Párroco y con todos ustedes, de hacerse vecinos (…) lo propio de los vecinos es estar cerca, aproximarse, interesarse por las necesidades del otro. Eso es Parroquia, eso es Párroco. Sería muy triste, en estos tiempos -aunque la tendencia va hacia allá- vivir realidades encerrados en sí mismos, es todo lo contrario al movimiento de Jesús”.
En ese sentido, dijo que “queremos comunidades que crezcan en madurez y corresponsabilidad, que es la propuesta sobre todo del Papa Francisco con el Sínodo de la Sinodalidad, caminar juntos por proyectos, por proyectos incluso innovadores podríamos decir, cosas que no se han pensado, pero que hoy día estamos llamados a realizar. Y también comunidades inherentemente discipulares y misioneras”.
“Y es evidente que hay mucho por hacer, una siembra gigante, pero queremos que el Señor nos conceda su gracia en este tiempo para responder desde Jesús a los desafíos de la misión que hoy nos toca vivir. No la Iglesia de los 90, no la Iglesia de los 80 o de los 70, porque esa Iglesia ya dio fruto y somos agradecidos por eso, la Iglesia del 2023 en adelante, hoy, ahora hay cosas que hacer, ahora estamos desafiados por la fuerza del Espíritu Santo. No queremos más un cristianismo pasivo o ensimismado, lamentablemente -por las diversas crisis tanto eclesiales como sociales- la tendencia es a replegarse (…) pero no podemos ser pasivos, más bien un cristianismo renovado en el Espíritu y activo, pero sabiendo que esa gracia brota de Dios y de la cual todos somos partícipes”, enfatizó.
El Padre Edgardo Ojeda, quien tiene 17 años de sacerdocio y ha estado en las parroquias Inmaculado Corazón de María de Coelemu, Dulce Nombre de María de Ñipas, San Ramón Nonato de Concepción y San José de Talcahuano, afirmó que es “una alegría poder volver a compartir con esta comunidad de Todos los Santos, que trabajamos, ayudamos al Padre Miguel -en ese tiempo, el Párroco- a construir también este maravilloso templo. Y hoy día, bueno, es un desafío asumir como Párroco de esta parroquia, pero el desafío más grande va a ser que ninguna es más que la otra. Ni San José es más que Todos los Santos, ni Todos los Santos es más que San José, sino que somos desde hoy día una unidad pastoral, somos dos parroquias que comparten el Párroco, pero que por sobre todo comparten la fe”.
“Lo dije en San José, lo dije en su momento en San Ramón y lo digo también aquí. Voy a parafrasear las palabras de San Agustín: Con ustedes soy hermano, con ustedes soy cristiano y para ustedes soy el Párroco. Gracias a Dios, gracias a ustedes, y bueno, ahora a seguir trabajando por la construcción del Reino, por buscar el Reino y por salir también adelante con los desafíos que tiene esta hermosa y querida comunidad”, destacó.
Finalmente, entre las risas de la comunidad, el Padre Edgardo advirtió que “al que le caiga mal el Párroco, si se va a la parroquia del al lado se va a encontrar con el mismo. Y al de al lado, si se viene para acá, se va a encontrar con el mismo. Muchas gracias”.
En tanto, la Coordinadora Parroquial de Todos los Santos, Olaya Arredondo, manifestó que luego de haber estado sin Párroco, reciben al Padre Edgardo “con mucha esperanza y con mucho amor”, porque “para nosotros es una bendición”.
Además, expresó que “también es una prueba para nosotros poder coordinarnos con la otra parroquia, es un desafío, como decía el Obispo Auxiliar. Así que con hartas ganas de poder trabajar con el Padre Edgardo, las comunidades apoyan bastante, así que estamos con la esperanza también de que nuestra construcción vaya avanzando, porque hay cosas detenidas”.
La Parroquia Todos los Santos de Talcahuano fue fundada en 1913 por los Padres Asuncionistas, siendo una de las más antiguas de la comuna.
Producto del terremoto de febrero de 2010, el templo parroquial resultó severamente dañado, por lo que fue necesario levantar uno nuevo.
