Padre Hugo Marquez: “me voy, pero de corazón me quedo”

Más Iglesia Arquidiocesana

Publicado el: 27 abril, 2012

Con profunda emoción la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, del sector de Pedro de Valdivia, despidió este jueves al padre Hugo Márquez Sabando, quien fuera su párroco por 27 años.

Con un templo colmado de feligreses el padre Hugo presidió la Misa de despedida, en la que recordó algunos detalles que vivió durante su permanencia en esta parroquia. Agradeció a las personas, fundaciones y empresas, tanto nacionales como fuera del país, que lo ayudaron a construir el templo.

Lo acompañaron en esta Eucaristía el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, así como sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, que no quisieron restarse de este emotivo momento para un hombre que ha entregado su vida al Señor y la Iglesia a través de su testimonio sacerdotal.

El padre Hugo en su homilía recordó también a la comunidad de la parroquia San ramón Nonato, del Decanato Concepción, donde también sirvió por varios años. Agradeció a su familia, en especial a sus padres, quienes lo llevaron a la Iglesia, siendo él niño. Animó a la asamblea a seguir trabajando, a no dejarse estar, porque todavía queda mucho por hacer, sobre todo en las comunidades de base de la parroquia, las capillas Juan Pablo II y Laurita Vicuña.

También pidió perdón por las veces en que no cumplió la meta esperada o no estar cuando se le pidió un consejo. Reconoció la lucha espiritual de estos últimos días, pero a la vez la profunda alegría y emoción por las muestras de afecto que muchos le entregaron, señalando finalmente que “me voy, pero de corazón me quedo”.

Monseñor Chomali, antes de finalizar la Misa, también quiso expresar su alegría y respeto al sacerdote y la asamblea presente, señalando que el padre Hugo sólo deja esta parroquia para dedicarse a una importantísima tarea pastoral dentro de la Iglesia de Concepción, apoyando espiritualmente a quienes trabajan  en el área de la salud y que cada día deben enfrentarse a la angustia de la enfermedad y la muerte, temas que hoy la sociedad rechaza porque le genera miedo o algún sufrimiento, perdiendo la gracia de que también estas realidades forman parte de la vida de cada uno.

Más Iglesia Arquidiocesana