El padre Sebastién Kubingila tomó posesión como párroco de la Parroquia San José de Curanilahue en una Eucaristía que fue presidida por el vicario episcopal de Arauco y obispo auxiliar de Concepción, monseñor Oscar García, la tarde del domingo 11 de julio.
En su homilía, monseñor Oscar García agradeció al padre Sebastién, quien es originario de la República Democrática del Congo, “por su generosidad, disponibilidad y entrega, desde que salió de su tierra dispuesto a hacer la voluntad de Dios”.
“Después de haber acompañado a la parroquia de Yumbel y todas sus comunidades, hoy el Señor le ha pedido un nuevo servicio (…) que llegara a esta tierra hermosa de la comunidad de Curanilahue, en la zona de Arauco, para también prestar un servicio abnegado y, sin lugar a dudas, con tanta generosidad como lo ha hecho hasta ahora”, agregó.
En ese contexto, monseñor García afirmó que el padre Sebastién es un hombre de Dios, con un extraordinario celo apostólico, y destacó que su entrega y generosidad “nos provoca a cada uno de nosotros, desde nuestra vocación específica, a preguntarnos cómo nos entregamos también por la verdad del Evangelio, para darlo a conocer, para manifestar la misericordia de Dios, para revelar el rostro de Dios en medio de nuestros hermanos”.
“Gracias, padre Sebastién, por tu generosidad y porque hoy, a todos los que estamos aquí, nos invitas a renovar nuestro sí al Señor y nuestra generosidad para que junto a Él, podamos hacer más creíble el Reino de Dios en medio de nuestra propia realidad, desde el lugar donde el Señor en su Divina Providencia nos llama a vivir el día a día, la cotidianeidad”, enfatizó.
Además, agradeció al padre Pablo Leiva, quien era el administrador parroquial de San José de Curanilahue, y que “con tanta generosidad, con tanto amor, ha acompañado en este tiempo a esta comunidad. Gracias, padre Pablo, por tu entrega, por tu servicio”.
Monseñor Oscar García recordó que el padre Sebastién Kubingila tiene una gran misión, que ha sido encomendada por el Señor a través de la Iglesia, y que debe realizar “junto a la comunidad. No se entiende un párroco sin comunidad, como tampoco se entiende una comunidad sin un párroco, sin un guía espiritual que nos ayude a entender, a comprender, la verdad y los valores del Evangelio y a discernir juntos la voluntad de Dios y hacerlo presente en cada Eucaristía (…) Por eso, que importante es que sean capaces de ser una comunidad viva, donde se proclame no sólo de palabra, sino con la vida, el querer y la voluntad de Dios, siendo esa sal y esa luz en medio de esta realidad particular de Curanilahue”.
El vicario episcopal de Arauco pidió al Señor que asista al padre Sebastién “con la luz del Espíritu Santo, le dé sus dones para poder guiar y conducir a la comunidad que le ha sido encomendada”.
Además, agradeció la presencia de los hermanos de Cabrero y Yumbel que llegaron hasta Curanilahue para acompañar al padre Sebastién Kubingila, quien los acompañó durante ocho años como vicario parroquial. Y los animó a orar por el nuevo párroco de San José para que sea un sacerdote santo y que siempre tenga un corazón abierto, disponible y generoso.
Luego de la homilía, el obispo auxiliar de Concepción se dirigió junto al padre Sebastién a la puerta de la Parroquia San José, donde le hizo entrega de las llaves. Después el padre Sebastién tocó las campanas.
Posteriormente, Mons. García le entregó las llaves del Sagrario y realizaron un momento de adoración ante el Santísimo, tras lo cual le entregó el bautisterio y después se dirigieron al confesionario, donde le hizo entrega de la sede penitencial.
Finalmente, el obispo invitó al nuevo párroco a sentarse en la sede presidencial del templo.
El padre Sebastién afirmó que asumir como párroco es “una tremenda responsabilidad, porque significa que soy el representante del obispo en la Parroquia San José de Curanilahue, lo que implica tener la responsabilidad de todos los hermanos y hermanas que son miembros de la Iglesia y familia de Curanilahue. Ser responsable, es decir, estar atento a sus necesidades, también acompañarlos en sus alegrías, en sus penas y desafíos”.
En ese contexto, hizo alusión a la difícil situación que se ha vivido en la zona producto de las inundaciones, y tras reiterar que es una gran responsabilidad, sostuvo que “todo lo dejo en las manos de Dios, porque la misión es de Dios. Monseñor Sergio me confía esta misión en el nombre de Dios, y cuando Dios confía una misión, también da lo necesario, los instrumentos para que ésta se cumpla bien. Así que estoy confiado en mi Dios”.
Luego de acompañar durante ocho años a las comunidades de Yumbel y Cabrero, en las parroquias San Sebastién y Santa Filomena, el padre Sebastién se trasladó a Curanilahue hace cerca de un mes, tiempo en el que la comunidad lo ha acogido con gran alegría.
La coordinadora parroquial, Lucy Neira, comentó que “es una alegría tremenda tenerlo como párroco” y agradeció a Dios y al arzobispo de Concepción, pues “cuando vino a celebrar la Santa Misa le solicitamos esto y en breve tiempo él confirmó al padre Sebastién como nuestro párroco, así que estamos felices”. Además, expresó su agradecimiento por el tiempo en que el padre Pablo Leiva acompañó a la comunidad como administrador parroquial.
Por su parte, el padre Pablo, quien es párroco de Cristo Peregrino del Valle Araucano, agradeció a la comunidad de Curanilahue “por hacer este camino, que no fue fácil. No es tan fácil ser párroco de dos parroquias que están a 50 kilómetros una de otra, pero hicimos un camino donde pudimos llevar adelante todo”.
Asimismo, destacó la presencia de todos los párrocos de la Vicaría de Arauco y expresó su deseo de acompañar al padre Sebastién en esta nueva misión, señalando que “somos un solo cuerpo y juntos queremos hacer presente el rostro del Buen Pastor en nuestra provincia. Cuenta con todos nosotros, que esta tarde te hemos venido a acompañar, porque te queremos y queremos caminar contigo en estas tierras”.
