Con mucha esperanza y optimismo de servir a la Iglesia, recibió el Pbro. Mauricio Aguayo Quezada, su nombramiento de Vicario Episcopal para la Pastoral de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, sucediendo al Pbro. Pablo Leiva.
El P. Mauricio dijo que es una “tarea desafiante” y ocurre en un tiempo de “grandes desafíos evangelizadores”. Asimismo, confesó que lo recibe con “el deseo de hacerlo con la misma dedicación del P. Pablo Leiva”.
El nuevo Vicario nació el 19 de septiembre de 1972, en Concepción. Sus padres Efraín y Silvia, están fallecidos y tiene una hermana, Cecilia (casada con Pablo y 3 hijos: Pablo, Silvia y José). Su parroquia de origen es Divino Redentor (Penco) e ingresó al Seminario en 1991. Su ordenación sacerdotal se realizó en 1998 con presencia de Mons. Antonio Moreno.
Como Presbítero ha servido en las parroquias San José de Talcahuano (1998) como vicario; como párroco, en Todos los Santos (2001-2004), Cristo Salvador (2001), San Juan de Mata (2005) y Sagrada Familia (2006 a la fecha).
Además de los nombramientos, también ha ocupado diversos cargos pastorales. Fue formador del Seminario Metropolitano (1999-2000), Coordinador del Departamento de Catequesis (2004-2011), Rector del Seminario Menor (2006), Decano del Decanato Norte de Concepción (2006-2008), Coordinador del Área Eclesial (2008-2011), Decano de Concepción (2009-2011).
¿Qué tareas y responsabilidades tiene el Vicario de Pastoral?
En términos generales, se trata de colaborar con el Arzobispo en la animación pastoral de toda la Iglesia Arquidiocesana, ayudando a los agentes de pastoral, a las parroquias y comunidades, como también a los organismos eclesiales en la tarea de evangelización.
¿Ser vicario en esta Arquidiócesis implica un mayor desafío?
Por supuesto que sí. Si ser "vicario" es hacer las veces del Obispo, ser Vicario de Pastoral es representarlo en todas las acciones pastorales. Eso es un desafío enorme.
Finalmente, como Vicario para la Pastoral ¿Cuál es el llamado a los distintos estamentos y áreas de la Iglesia de Concepción?
A que disfrutemos el gozo de ser miembros de la Iglesia y realicemos con alegría todas las acciones pastorales que den testimonio de nuestra fidelidad a Dios, a la Iglesia y al hombre y a la mujer de hoy, necesitados del amor de Cristo.