El viernes 3 de febrero se realizó la admisión para las Órdenes Sagradas de cuatro personas en la Parroquia Santa Rosa de Lima de Lebu. Se trata de Jaime Baeza Acuña, Lorenzo Bustos Calabrano, Fernando Matamala Monsalves y Víctor Fuentes Catriman.
La Eucaristía fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García, quien agradeció a Dios por el don del llamado de los nuevos candidatos y “por la gracia que nos concede como familia, como Iglesia, como comunidad”.
Asimismo, agradeció a los candidatos por su respuesta en libertad a la invitación del Señor y por su perseverancia. Además, agradeció a sus familias, “que sin lugar a dudas han sido un pilar en este proceso del camino al Diaconado permanente”.
En su homilía, Monseñor Oscar reflexionó en torno al Evangelio de San Marcos 6,14-29 e invitó a imitar tres actitudes de San Juan Bautista.
La primera actitud es “anunciar con coraje los valores del Evangelio, que no van en consonancia con los valores del mundo y esto es un desafío cuando uno trata de vivir, encarnar y anunciarlos”.
En ese contexto, señaló que si bien se encontrarán obstáculos, es necesario tener “la valentía, el ardor, el entusiasmo y el coraje de Juan Bautista para decir la verdad de Dios, que es la que hace pleno y realmente da la verdadera felicidad al ser humano y se encuentra vida y vida en abundancia”.
La segunda actitud es “brillar con el testimonio de la vida para ser luz para los demás”. En ese sentido, dijo a los candidatos al diaconado que “están llamados a ser hombres honrados, pero sobre todo santos, que el testimonio de la vida, sus actitudes, sus palabras, sus gestos y sus acciones concuerden con lo que llevan dentro, con la misión también encomendada por el mismo Señor y sobre todo, ser hombres de Dios, porque sólo como hombres de Dios tendrán también la autoridad moral para anunciar a Dios, para anunciar los valores del Evangelio en medio de los suyos”.
La tercera actitud es ser coherentes hasta el final de sus vidas, incluso si esto los lleva a la muerte mediante el martirio, como fue el caso de San Juan Bautista. “La invitación es también a no vacilar, no bajar los brazos y ser esos hombres coherentes de palabras y de obras para que todos los que los rodean, para que todos los que la Divina Providencia ponga en su camino puedan ver realmente que son consagrados de Dios para el bien de las almas”.
A la luz de la primera lectura, correspondiente a la Carta a los Hebreros 13,1-9, Monseñor Oscar invitó a la comunidad en general a “conservar el amor fraterno, ser hospitalarios, acogedores, reconociéndonos como un don unos a otros” y también los llamó a rezar de forma especial “por los nuevos admitidos al camino diaconal”, a apoyarlos y ser una comunidad “que brille con la luz propia y sobre todo en la caridad y en el amor, no juzgando, no condenando, sino que apoyándose mutuamente para caminar juntos hacia la meta”.
Finalmente, agradeció la misión y la disponibilidad de los candidatos “para que allí donde el Señor los lleve, donde la Divina Providencia los tenga, puedan ser verdaderos instrumentos en las manos de Dios en bien de la comunidad en general, sirviendo abnegadamente, desinteresadamente, con un corazón libre, generoso y entusiasta por las cosas del Reino”.