Capillas arrasadas por el fuego: un golpe al corazón de las comunidades

Publicado el: 24 Marzo, 2023

Sólo en la comuna de Santa Juana se contabilizan cinco capillas arrasadas por los recientes incendios. En diciembre de 2022 el fuego afectó a Santa Rita de Casia y a la escuela y la casa del profesor, ubicadas en los alrededores. El resto de las afectaciones ocurrió en febrero de este año.

Si bien es cierto para muchos son simples edificaciones sin moradores, que pasan a segundo plano frente a la pérdida de viviendas y de vidas, para los fieles de pequeñas localidades tienen un significado especial y forman parte de sus vidas. En ellas no sólo depositaron su fe, sino que también vivieron momentos que los marcaron a ellos y a sus familias, pero, además, son estructuras por las que trabajaron arduamente, para levantarlas, mantenerlas o para hacerlas crecer.

En María Reina de la Paz, por ejemplo, prácticamente todos los habitantes del sector Diñico participaron de beneficios organizados para restaurar el pequeño templo de adobe del deterioro causado por el paso del tiempo. Tras el incendio, no quedó nada.

En San Ignacio de Loyola del sector Tres Rosas, la comunidad realizó colectas y donaciones para construir una sencilla sala de reuniones a un costado de la estructura principal. Ambas se quemaron. En el terreno, lo único que permanece en pie es la imagen de la Virgen que se yergue intacta y una cruz de madera. Para muchos, sin duda una señal o un milagro.

En Poduco Alto, en medio de árboles carbonizados y a un costado de la losa de cemento o radier de lo que fue la capilla Sagrado Corazón se alza una gruta, también intocada por el fuego. A ella acuden a rezar los damnificados del lugar.

De San Francisco de Asís, en Colico Bajo, fundada hace unos 45 años, hoy resta solo la cruz blanca de la entrada. Allí se realizaban novenas, Mes de María, misa mensual y reuniones y desde hace 12 años era el punto de encuentro para un centenar de personas que pasaba todo el día de Navidad compartiendo con otros fieles.

Si bien Santa Juana fue la zona más afectada, en la Región del Biobío muchas comunidades registraron pérdida total o parcial de espacios vinculados a la fe. Entre ellas, Punta Lavapié, Tomé, Florida, Yumbel, Rafael, Contulmo y Hualqui.

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