Con gran alegría y bajo el lema “Mi parroquia, mi familia; mi familia mi parroquia”, la mañana de este domingo 1 de octubre se celebró la Misa de inicio del Mes de la Familia, que fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, junto al Párroco de San Juan de Mata y Administrador Parroquial de Sagrada Familia, Padre Claudio Alarcón.
Previo a la Santa Misa, se vivió un momento de alabanza, cantos y dinámicas en el frontis de la Catedral de Concepción, animado por la comunidad Guerreros de la Fe.
En su homilía, Monseñor Bernardo afirmó que la familia es una institución querida por Dios desde el origen, “está sellada desde la propia creación, Dios creó hombre y mujer para que formaran una comunidad de vida, fueran uno, engendraran familia”.
“La familia es una verdad del Dios creador, pero que ha sido enaltecida aún más todavía, porque el Hijo de Dios ha querido poner su morada en medio de nosotros, iniciando con ello de manera evidente y clara el misterio de nuestra salvación y redención, y eso ha querido ser así en el seno de una familia. El Hijo de Dios ha querido ser partícipe no sólo de nuestra familia, sino que también de una historia familiar”, destacó.
Monseñor Bernardo dijo que “es verdaderamente una alegría, un gozo y una esperanza, poder en este sentido contemplar nuestras propias familias desde las cuales cada uno de nosotros ha surgido, ha sido querido, cuidado, amado, sostenido, perdonado y ayudado, ver en toda la trama familiar también la presencia de Dios, porque Jesús formó parte de la familia de José y María, fue parte de una familia. Por eso, podemos nosotros en las diversas realidades que nos toca vivir, ver en el seno de nuestra familia también el paso de Dios”.
“Al iniciar este Mes de la Familia, además de agradecer a Dios porque Él quiso la familia y porque formó parte de una familia, también estamos llamados a presentar siempre la novedad, la alegría y el don de la familia al mundo entero. Hoy la familia padece diversos dolores y por eso estamos llamados a proclamar con honestidad, con misericordia, que Dios quiere la familia, Dios quiere que la familia sea verdaderamente enaltecida, se le dé el lugar que Él desea para que nuestro mundo también crea y tenga vida en Él”, enfatizó.
El Obispo Auxiliar de Concepción animó a “llevar y renovar la buena noticia de la familia y que en el seno del hogar se manifieste el Evangelio viviente de Jesucristo” y llamó a trabajar por las familias, a trabajar para que la familia sea una Iglesia doméstica.
En ese contexto, advirtió que actualmente se vive un proceso fuerte de descristianización, por lo que son necesarios corazones generosos para que no se descristianice la familia, que es ante todo un don de Dios, y para ello la respuesta cristiana no es criticar y lamentarse, sino asumir este momento y “trabajar por vivir el amor cristiano, la transmisión de la fe en nuestras familias. Sin duda que para ello se requiere un cristianismo que toque lo profundo del hogar, no superficialidades, no pequeñas cosas, sino el seno profundo de la familia, un cristianismo que trasciende no sólo la confesión de palabra de la fe (…) sino que vaya a lo profundo del corazón y las relaciones en el seno de la familia, Iglesia doméstica, pero que a su vez también están llamadas a ser las relaciones propias de las comunidades cristianas, de las pastorales familiares, de los movimientos que trabajan con los matrimonios o las familias. Nuevas relaciones que se desafíen a llevar de manera misionera, con esperanza y con alegría la buena noticia de la familia según el plan de Dios”.
En el momento de la presentación de las ofrendas una familia de la Parroquia La Ascensión del Señor llevó el Altar Familiar, luego voluntarias del Centro de Espiritualidad San Luis Gonzaga entregaron una cuna y un ajuar de bebé, y una familia de la Parroquia Santa Cecilia presentó los dones de pan y vino.
Al término de la Santa Misa, se acercaron al Altar para recibir la bendición de manos de Monseñor Bernardo Álvarez, los coordinadores de la Pastoral Familiar de las parroquias San José de Curanilahue, Sagrados Corazones de Talcahuano, Jesús de Nazareth de Hualpén, La Ascensión del Señor de Concepción, San Pablo de Chiguayante y El Buen Pastor de San Pedro de la Paz, y también todas las familias presentes en el templo Catedral.
Los Coordinadores de la Pastoral Familia y Vida de la Arquidiócesis de Concepción, Jacqueline Saavedra y Nelson Moncada, expresaron su alegría por la gran participación en esta Misa de inicio del Mes de la Familia.
En ese sentido, Jaqueline Saavedra señaló que “es la recompensa de un trabajo muy arduo que hicimos durante muchos meses y lo que nos tiene más contentos es la reactivación de las pastorales familiares. Cuando ingresamos habían dos y estamos terminando el año con ocho y eso es sólo para gloria de Dios, porque la pastoral se está reavivando en las parroquias”.
“Este trabajo de hormiga que tenemos hoy día yo veo que está produciendo frutos y nos retroalimentamos todos. Hay mucho compromiso, afuera lo vimos, la gente bailó, cantó, sintió fiesta este Mes de la Familia, así que a eso apuntamos: que disfrutemos en el Señor a la familia”, agregó Nelson Moncada.
Además, los Coordinadores de la Pastoral Familia y Vida invitaron a participar en cada una de las actividades que se realizarán en las comunidades parroquiales y también a sumarse a la Fiesta de la Familia, que se efectuará el sábado 21 de octubre a partir de las 11:00 horas en la Parroquia Sagrada Familia de Concepción. Ese día habrá juegos, dinámicas, se presentarán coros parroquiales y se culminará con la presentación de Fernando Leiva, luego de un almuerzo comunitario.