Una reunión informal, todos sentados en círculo, salpicada principalmente por testimonios, sugerencias y el ánimo de servir a los pobres, además de los días dedicados a “aprender” cómo ser obispos, qué retos afrontar, qué temas seguir. Alrededor de 200 nuevos obispos participantes en el curso de formación promovido por el Dicasterio para los Obispos fueron recibidos la mañana del lunes 19 de septiembre por el Papa Francisco en la Sala Clementina.
El encuentro fue privado para permitir una conversación libre entre el Papa y los prelados, en este caso los que participaron en la segunda ronda del curso, celebrada del 12 al 19 de septiembre en el Ateneo Regina Apostolorum de Roma. Entre ellos se encontraban los dos Obispos Auxiliares de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez y Monseñor Oscar García.
La primera ronda, inaugurada por una misa celebrada por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, se había celebrado en cambio del 1 al 8 de septiembre (la subdivisión se debió al elevado número de participantes y a las restricciones de Covid). El Papa Francisco recibió a los participantes del curso -una tradición iniciada en el año 2000 bajo el pontificado de Juan Pablo II y dedicada este año al tema “Anunciar el Evangelio en el cambio de época y después de la pandemia: el servicio del obispo”- en la Sala Clementina.
Incluso entonces, no hubo un discurso escrito, sino una discusión confidencial, como dijo el obispo auxiliar de São Paulo, monseñor Angelo Ademir Mezzari, a la edición portuguesa de Vatican News. El Pontífice, dijo, había dado la bienvenida a los presentes con un mensaje, el de no olvidar la cercanía a los pobres, consciente de que todo está interconectado y todo necesita cuidados en este planeta. Entonces había querido escuchar directamente a sus invitados, sus historias, sus demandas y peticiones. Todo esto duró alrededor de una hora y media.
La misma pauta se reprodujo hoy en un clima “sinodal”, como explicó al micrófono de Andressa Collet el obispo brasileño Maurício da Silva Jardim, que asumirá la dirección de la diócesis de Rondonópolis-Guiratinga (MT) el 23 de octubre. “Sinodal”, explicó el prelado, fue también el ambiente de la semana de trabajo en el Regina Apostolorum, durante la cual, a la luz del Magisterio del Papa Francisco, los ponentes se centraron en un tema y dieron la palabra a la asamblea, que pudo “expresarse, plantear los temas y problemas concretos de la realidad, como el hambre, la violencia, la desigualdad social, la migración, las crisis políticas y sanitarias, la ética y las cuestiones sociales en el mundo”. Los cerca de 19 nuevos obispos brasileños también pudieron llamar la atención de los participantes en el curso y del Papa sobre los principales problemas que desfiguran el rostro de la Amazonia, como la minería, la explotación y la deforestación ilegal.
Entre los asistentes al encuentro con el Santo Padre estaban los Obispos Auxiliares de Concepción, Monseñor Oscar García y Monseñor Bernardo Álvarez.
Monseñor Bernardo explicó que la reunión se efectuó en el marco del encuentro formativo, organizado por el Dicasterio de los Obispos, que se centró en el anuncio del Evangelio en el cambio de época y luego de la pandemia.
En ese contexto, detalló que durante las dos horas que duró el encuentro con el Papa Francisco, los nuevos obispos tuvieron la oportunidad de dialogar con él y plantearle “los desafíos de sus Iglesias particulares e intercambiar sus experiencias pastorales”.
Además, cada uno de los obispos tuvo la oportunidad de saludar al Santo Padre y compartir un breve momento con él.