Un grupo de jóvenes recibió el sacramento de la Confirmación de manos del Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Oscar García, la tarde del jueves 15 de diciembre en las dependencias de DUOC-UC. Además, un niño recibió el sacramento del Bautismo.
En su homilía, Monseñor Oscar hizo alusión a la promesa que le hizo el Señor a los discípulos, que se cumplió plenamente en Pentecostés, “y que también el Señor nos la ha dado a nosotros, para que también nosotros con la fuerza de su Espíritu podamos dar razón también de nuestra fe en medio de nuestras propias realidades (…) allí donde el Señor, en su Divina Providencia, nos va llevando”.
Asimismo, los exhortó a confiar en el Señor y a tener todos los días el deseo profundo de seguir acrecentando su fe, “a través de la oración, a través de la meditación de la Palabra, a través de la participación en la vida sacramental de sus comunidades particulares”.
En ese contexto los animó a que “este don de Dios, este regalo maravilloso, no claudique y no se decaiga en el camino, sino que todos los días puedan -a la luz de la fe y con la certeza de que Dios camina con ustedes- proyectarlo con sus vidas a través del amor, a través del servicio y a través de la generosidad”.
Monseñor Oscar afirmó que “frente a tantos espejismos, frente a tantas propuestas y antivalores que el mundo y la sociedad les presenta” prometiendo una felicidad plena, que sin embargo es una felicidad pasajera que de alguna manera va haciendo perder la dimensión humana y cristiana, “están llamados a velar por la fe, están llamados a velar por lo que ustedes son. Y más aún a partir de hoy, porque como confirmados se convierten en soldados de Jesucristo y tendrán que dar también razón de esta fe y proyectar a Jesucristo a través de sus propias vidas”.
El Obispo Auxiliar recalcó la importancia de que sigan cultivando su vida de fe y no dejen la Eucaristía, pues en ella “encontrarán la fuerza y la gracia necesaria para poder caminar con altura de miras y en el caminar poder ir también dejando huellas que marcan el corazón y la vida de las personas”.
“Si ustedes se dejan encontrar por el Señor, si lo buscan con sinceridad de corazón, cuenten con que la gracia de Dios nunca les va a fallar y confíen en su Divina Providencia”, enfatizó.
Al finalizar la Santa Misa se le entregó a cada uno de los jóvenes el signo de la Cruz.
María Antonia Garrido fue una de las jóvenes que recibió el sacramento de la Confirmación y relató que estaba “nerviosa, pero contenta de haber llegado a este punto”. Además, manifestó su deseo de “seguir aprendiendo más, seguir el camino que me enseñó mi catequista y también enseñarle a otras personas que no saben”.
Asimismo, Nathaly Morales señaló que “fue un día muy intenso, estaba muy nerviosa, pero ahora ya estoy más tranquila y feliz por haber recibido este sacramento. Sé que Diosito me va a acompañar en todo lo que tengo pensado hacer, así que es lo que más quiero, seguir con la fe”.
Por su parte, la Hermana Victoria Samynathan, dijo que fue una linda experiencia acompañar a estos jóvenes para que “ellos conozcan el amor de Dios” y puedan “vivir firmes esa fe que el Señor nos ha dado”. Asimismo, sostuvo que “es un don, porque ninguno lo merecemos, pero el Señor nos hace digno de recibir este sacramento, la gracia de Dios. Él nos acompaña y nunca nos abandona”.
En ese contexto, destacó lo hermoso de acompañar a los jóvenes, pues a veces no tienen una vida de fe y están desanimados, pero al compartir con ellos, al dar testimonio, mostrándoles el amor de Dios y enseñándoles, ellos poco a poco comienzan “a hacer preguntas, quieren conocer más, quieren orar, acercarse más a Dios y a la Iglesia”. Por este motivo, expresó su alegría de que estos estudiantes hayan llegado hasta el final para recibir su Confirmación, “porque a veces en el camino algunos dejan, pero gracias a Dios pudieron seguir”.