Con gran esfuerzo y entusiasmo, un grupo de voluntarios de Trabajo País colaboró en la construcción de la Capilla Sagrado Corazón del sector Millahue de Rafael, entre el 13 y el 21 de julio.
Los jóvenes iniciaron su voluntariado luego de la Misa de envío que se vivió en la Parroquia Universitaria de Concepción, tras la que se dirigieron a localidades de las comunas de Coelemu, Santa Juana, San José de Colico y Rafael.
Tabata Muñoz, jefa de zona de Rafael, explicó que la capilla antigua estaba en malas condiciones, principalmente el suelo, por lo que “la solución más factible era hacer una nueva capilla” y destacó la participación de la comunidad, que “ha sido un apoyo impresionante para nosotros, ya que ayudaron a demoler la capilla que había, ayudaron con el tema del radier para que nosotros pudiéramos llegar a construir la capilla que tanto necesitaban”.
Para Tabata, esta experiencia “significa algo súper importante, porque aunque algunas personas piensen que es un voluntariado sólo de rezar y cosas así, al final nosotros entregamos algo concreto a la comunidad, se deja una huella en la comunidad y eso es lo más significativo para mí. Y también ver que todos los voluntarios están cumpliendo sus expectativas y que al final de la semana lleguen con un corazón lleno de alegría por haber entregado esperanza a la comunidad”.
Mientras que Mario Rivera, quien es jefe de zona junto a Tabata, destacó que “poder construir una capilla para una comunidad que lo necesita me llena el corazón” y relató que debido a las malas condiciones de la capilla anterior, se estaba pensando en dejar de hacer misas en el lugar y que la gente del sector se acercara a Rafael o Coelemu, “pero como logramos venir nosotros y los jefes regionales encontraron este lugar y vieron esta problemática, ahora la gente de esta comunidad va a poder tener Misa acá mismo, al ladito de su casa y la verdad es que eso satisface mucho como persona”.
Yolanda Ruiz, quien vive en el sector Millahue, afirmó que la construcción de la capilla “es muy importante, ya que en la comunidad no había un lugar para que la gente se reuniera. Había una capilla que estaba inutilizable (…) y lo importante es eso, que haya un lugar donde la comunidad católica se pueda reunir. Estamos contentos y súper motivados”.
Por su parte, el padre Héctor Rivera, párroco de La Purísima de Rafael en cuyo territorio parroquial está la capilla, dijo que “estamos ante una obra que es de vital importancia para la comunidad que está peregrinando en Millahue, que no contaba con un lugar para celebrar la fe, para poder congregarse a celebrar la vida. Y a través de este proyecto, de este grupo de jóvenes de Trabajo País, hoy día la comunidad ve con alegría y llena de optimismo que el tremendo sueño que era casi imposible se está haciendo realidad. Y va lentamente reavivándose la vida, la participación”.
“Entonces estamos felices, contentos y agradecidos de Dios por este grupo de jóvenes, que realmente están dando esta semana de sus vacaciones para poder servir a la comunidad, realmente una obra importantísima para ellos”, enfatizó.
También llegó hasta Coelemu un grupo de voluntarios de Trabajo País, para colaborar en la construcción de una sala de visitas del hogar de ancianos Divina Providencia.
El padre Héctor Rivera, quien además es párroco de la Parroquia Inmaculado Corazón de María de Coelemu, detalló que a partir del próximo año la Seremi de Salud, debido a una nueva norma, exigirá que se cuente con una sala de visitas en el hogar y “nosotros, respondiendo a esta exigencia, teníamos el proyecto y en alianza con algunas otras instituciones optamos por construirla en esta oportunidad. Ya está terminada, es una salita chica, que va a ser muy útil y que era muy necesaria, porque efectivamente no teníamos donde recibir a las familias”.
“Los chiquillos han sido de película, se han sacado la mugre, con mucha alegría, con mucho entusiasmo. El jueves en la noche ofrecimos el agotamiento, el cansancio, en una vigilia que nos tuvo hasta las tres de la madrugada en oración. Y yo admiro el temple, el tesón, la fortaleza de estos jóvenes, que me han dado una lección tremenda. Estoy feliz de verlos tan entusiasmados, tan entregados, dándose totalmente. He descubierto un grupo de jóvenes que hacen crecer la esperanza de que el mundo puede ser distinto, yo creo que ellos pueden transformar el mundo. Ha sido una experiencia muy profunda y muy positiva”, destacó.
Es importante mencionar que la jornada de los voluntarios comenzaba con el rezo del Rosario Heroico y la oración de la mañana y el desayuno. Luego tenían un momento de formación, a cargo del Equipo de Liturgia, y después se dirigían al lugar de construcción, donde trabajaban por el resto del día. En la tarde celebraban la Misa y luego tenían actividades de entretención y la oración de la noche.
