Conclusión del encuentro sobre «La protección de los menores en la Iglesia”

En la última sesión informativa de este 24 de febrero sobre el Encuentro “La Protección de los Menores en la Iglesia” – que tuvo lugar a partir de las 13.30 en el Instituto Patrístico Agustiniano de Roma – participaron el Cardenal Oswald Gracias, Arzobispo de Bombay, ex Presidente de la Conferencia Episcopal de la India y miembro del Comité organizador de este Encuentro; Mons. Charles Scicluna, Arzobispo de Malta; Secretario Adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; Miembro del Comité Organizador; el Dr. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación; el Padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, Moderador del encuentro; el Padre Hans Zollner, Presidente del Centro para la Protección de los Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana, Miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, Referente del Comité; Valentina Alazraki, periodista mexicana y el Director “ad interim” de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, quien moderó este encuentro.

Ante todo Alessandro Gisotti resumió esta cubre de trabajo diciendo que fueron cuatro días muy intensos, que de por sí ya ofrece un “mensaje fuerte” que requiere ahora un seguimiento concreto. Y aludió a lo que este Encuentro representó personalmente para él y que definió “una verdadera experiencia de escucha y conversión”. También afirmó que, como padre ante todo, escuchar los testimonios de las víctimas ha sido algo que no podrá olvidar y que lo ha cuestionado profundamente. A la vez que manifestó que, en su opinión, ninguno de todos ellos podrá olvidar lo que han escuchado.

El Padre Federico Lombardi agradeció la formidable exposición que hizo ayer por la tarde la periodista Valentina Alazraki y destacó los dos grandes momentos de oración: la liturgia penitencial del sábado y la misa de este domingo que fueron verdaderamente el momento del estar juntos en la Iglesia, la oración todos juntos, que no podía faltar en un encuentro de este tipo antes de que cada uno regrese a su propia misión en los distintos lugares de la tierra.

Subrayó lo que afirmó en su discurso el Papa, que ha puesto todo el trabajo realizado en un contexto amplio, en el amplio contexto de la violencia contra los menores en sus diversas formas, en todo el mundo, sin olvidar la corresponsabilidad de la Iglesia, también con las instituciones y la sociedad en el tratamiento de este problema y con un compromiso moral específico, junto a la conversión y la purificación, algo particularmente grave dado el deber del anuncio evangélico confiado a la Iglesia.

En cuanto a la importancia de escuchar las voces de las víctimas, el P. Lombardi afirmó que se obtiene así una comprensión más profunda del escándalo, de las heridas, de las responsabilidades, de la dinámica, de la rendición de cuentas y de la transparencia, que ha marcado nuestro camino y del espíritu de colegialidad sinodal. Destacó que hablando con muchos de los participantes, se tiene el sentido de que han hecho un viaje y han crecido en la corresponsabilidad, como cuerpo de la Iglesia universal.

Entre las iniciativas concretas que podemos esperar en el futuro, en un futuro más cercano, dijo que habrá que esperar un nuevo Motu proprio del Papa sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables que tiene por objeto reforzar la prevención. También dijo que con relación a la lucha contra los abusos en la Curia Romana y en el Estado de la Ciudad del Vaticano se acompañará con una nueva ley para el Estado de la Ciudad del Vaticano y directrices para el Vicariato sobre el tema de la protección de los menores y de las personas vulnerables. Son tres documentos que tienen cierta unidad entre sí, el Motu proprio, la ley del Estado y las directrices del Vicariato, bajo diferentes aspectos y que están listos, por lo que sin duda se presentarán en un tiempo bastante corto, puesto que sólo se trata de preparar su publicación, pero ya es un material maduro.

La otra cosa que está en camino y que está a punto de llegar, pero que quizás tardará unas semanas más, un mes o dos, es ese vademécum del que hoy ha hablado incluso más de una vez, Monseñor Scicluna, preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe para ayudar a los obispos del mundo a comprender claramente sus deberes y tareas. No se trata de una enciclopedia, sino de una cosa muy sencilla, muy breve, pero precisa, tanto desde el punto de vista jurídico como desde el punto de vista pastoral que será muy útil porque como dijo el Papa necesitamos catequizar, tenemos que dejar claro que todo el mundo puede volver a su casa con ideas muy claras.

La tercera cosa, que debe definirse aún mejor, es la intención expresada por el Papa de fomentar la creación de grupos de trabajo de personas competentes para ayudar a las conferencias episcopales y a las diócesis que se encuentran en dificultades para hacer frente a los problemas debidos a la falta de recursos y de recursos de competencia. Así, con el espíritu de comunión de la Iglesia universal que hemos vivido aquí, en que hay personas e Iglesias más experimentadas y otras menos experimentadas, Iglesias más equipadas y otras menos equipadas, da lugar a una iniciativa operativa concreta de organización de grupos de trabajo para llevar a cabo esta solidaridad y esta ayuda.

El Papa dijo que lo aprueba, pero hay que darle forma y organizarlo, así que tomará un poco de tiempo y se le informará de lo que se puede lograr.

Lo último muy sencillo es que ya mañana por la mañana a las 9 de la mañana nos reuniremos con el Comité organizador y con los jefes de los Departamentos de la Curia Romana más implicados para llevar a cabo juntos la reflexión de estos días y sobre cómo continuar también con el seguimiento de muchas de las ideas y necesidades propuestas que se han expresado.

Por su parte el Prefecto Ruffini dijo brevemente que durante estos días ha tratado de referir a la prensa los informes de los Círculos Menores y un poco de las sesiones de preguntas y respuestas durante la asamblea plenaria. De ahí que en esta ocasión, en nombre del Departamento de Comunicación, ha agradecido sobre todo el trabajo de los periodistas, incluso cuando resulta incómodo, pero nos estimula a sentirnos incómodos y fieles a nuestra vez. Como Dicasterio lo hemos hecho todo, dijo, ayudar a la prensa de modo concreto y fiel, para poder contar, habiendo sido testigos de ello, un momento importante para la Iglesia. Un momento de verdad, de transparencia, de escucha, de admisión de los propios errores, de decisiones y acciones, de responsabilidad para todos.

El Cardenal Oswald Gracias recordó que fueron 190 los participantes, poco más de 130 eran los presidentes de las Conferencias Episcopales, pero lo importante ahora es que todo el mundo se enfrenta a este problema. Es una de las cosas que surgió de una manera muy clara. Todos los informes han sido muy útiles, excelentes. Pero la prioridad de todo esto es para la Iglesia: esto me ha impresionado, es decir, este problema es una prioridad para la Iglesia. Y ahora esta prioridad es compartida por todos. ¿Qué me llevaré conmigo? Creo que llevaré conmigo la conciencia de que se trata de un problema realmente muy grave y que debe tener prioridad sobre todo lo demás. Esta conciencia: de la gravedad del problema.

Y añadió que la Iglesia debe estar a la vanguardia de la defensa de los derechos de los niños, y esto en todos los campos. Siempre en primera fila. Debe ser un modelo de cómo actúa, de cómo piensa. Y siempre debemos aprender de la experiencia del pasado, aprender a hacerlo mejor en el futuro.

Valentina Alazraki también agradeció la oportunidad de referirse a personas tan experimentadas, en un momento de crisis, al que hay que enfrentarse. Destacó que las directrices recibidas para abordar los temas tenían que ver con la transparencia. De modo que tuvo total libertad para expresarse en su informe, del que no le corrigieron nada, ni siquiera una coma.

E hizo hincapié en la necesidad de trabajar juntos. Por lo que invitó a todos a hacer un pequeño esfuerzo en su trato con la prensa cuando los periodistas refieren los aspectos negativos de algún problema, y reafirmó que, por otro lado, también esperamos información justa y oportuna en poco tiempo porque entonces si las respuestas llegan demasiado tarde no necesitamos nada.

Monseñor Scicluna tras ofrecer algunas reflexiones y hablar de su experiencia destacó que en su calidad de pastores representan no sólo a los líderes, sino también a las comunidades. Y el cambio de corazón debe producirse a través de la escucha de un gran número de voces. Y la voz de las mujeres ha sido importante. Y este liderazgo fue como un soplo de aire fresco. Y necesitamos escuchar, oír, experimentar. Porque, como dijo el Santo Padre después de escuchar a la Dra. Ghisoni, la Iglesia es madre, tiene este poder. La voz de la mujer en la Iglesia es vital para nosotros para que podamos ir por el camino correcto. Mientras el otro aspecto se refiere a la comunicación

El Padre Zollner dijo que en estos días experimentó como un salto cualitativo y cuantitativo en un viaje que ha durado décadas y que continuará. Cuantitativo en el sentido de que nunca ha habido una reunión de este tipo con todos los representantes, los líderes de la Iglesia presentes en la sala, nunca ha habido nada similar y ciertamente no sobre este tema. Pero el salto es cualitativo en el sentido de que, aunque todos los obispos y superiores estuvieron presentes aquí, hace 7, 8, 10 años, hubo un simposio en 2012 y no eran presidentes de las conferencias episcopales, sino representantes de las conferencias episcopales, mientras han recorrido un largo camino desde entonces.

La actitud desde el principio fue diferente y al final fue muy diferente. He escuchado de muchos grupos de trabajo, de muchas personas, incluso individualmente, que se han sentido transformados. Cuando oigo a personas de Asia, de África, hablar ahora en el mismo idioma con la misma determinación: «Tenemos que hacer frente a este problema»…, «Tenemos que asumir la responsabilidad de ello»…, «Tenemos que intervenir en casa»…, para mí éste es un mensaje muy reconfortante y alentador.

En el altar ponemos nuestros fracasos, traiciones y nuestra fe en Jesús

Homilía de Mons. Coleridge, Presidente de la Conferencia Episcopal Australiana en la misa conclusiva del Encuentro para la Protección de los menores, realizado en el Vaticano

Compromiso de la Iglesia

Mons. Coleridge en la misa de clausura del Encuentro para la Protección de los Menores, afirmó: “Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para hacer justicia y sanar a los sobrevivientes de los abusos; los escucharemos, creeremos en ellos y caminaremos con ellos; nos aseguraremos de que todos aquellos que han cometido abusos nunca más puedan ofender”.

Para el obispo australiano, esto será posible si. En primer lugar, dejamos que sean las Palabras de Jesús transfigurado se queden en nosotros. Solos con él, confrontados, presentes, silentes.

En segundo lugar, constata que “Los pastores de la Iglesia, como David, han recibido el don del poder, pero el poder de servir, de crear, un poder que está con y para, pero no por encima, como dice Pablo, que «Dios ha dado para nuestra edificación y no para nuestra ruina» (2 Co 10,8).

El poder es para servir

Hay varias maneras de usar el poder. La que nos enseña Jesús es sirviendo a los más débiles, no sirviéndonos de ellos. Estos son los peligros que corremos al detentar poder: “El poder es peligroso porque puede destruir; y en estos días hemos reflexionado sobre cómo en la Iglesia el poder puede destruir cuando está separado del servicio, cuando no es una forma de amar y cuando se convierte en poder que está por encima de todo”, recalcó el obispo.

El ejercicio del poder, insiste Mons. Coleridge,  es una responsabilidad: “El Señor nos pide que seamos «misericordiosos como el Padre es misericordioso». Sin embargo, incluso si deseamos una Iglesia verdaderamente segura, e incluso después de todo lo que hemos hecho para asegurar esto, no siempre hemos escogido la misericordia del hombre en el cielo. A veces hemos preferido la indiferencia del hombre de la tierra y el deseo de proteger la reputación de la Iglesia y también la nuestra. Hemos mostrado muy poca misericordia y por esta razón recibimos la misma, porque la medida con la que demos será la medida con la que se nos devuelva. No nos iremos impunes, como dice David, ya hemos tenido el castigo”.

Conversión: Cristo presente en las víctimas

Coleridge hace un llamado profundo a la conversión de la Iglesia y de todos sus miembros: “Sólo esta conversión nos ayudará a ver que las heridas de los maltratados son nuestras, que su destino es nuestro, que no son nuestros enemigos, sino los huesos de nuestros huesos, la carne de nuestra carne (cf. Gn 2, 23). Ellos son nosotros y nosotros somos ellos”.

Actuar ante los retos del futuro

Mons. Coleridge finaliza la homilía haciendo un intenso llamado a la acción: “Si podemos hacer esto y más, no sólo conoceremos la paz del Señor Resucitado, sino que nos convertiremos en su paz en una misión hasta los confines de la tierra. Sin embargo, sólo podemos llegar a ser paz si primero nos convertimos en sacrificio. A esto decimos sí con una sola voz, mientras que en este altar ponemos nuestros fracasos, nuestras traiciones, toda nuestra fe, esperanza y amor en ese único sacrificio de Jesús, víctima y vencedor, que «enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá más muerte, ni dolor, ni pena, ni llanto, ni dolor, porque las cosas del pasado han pasado» (Apocalipsis 21, 4).

 DISCURSOS

“La transparencia y la fuerza de los testimonios”

“La escucha de las víctimas, la transparencia en la Iglesia, de la colegialidad a la sinodalidad, la formación del clero, el rol de los laicos, pasos concretos después del Encuentro”, son algunos de los temas al centro de la Tercera Rueda de Prensa del Encuentro “La Protección de los menores en la Iglesia”, llevado a cabo en el Instituto Patrístico Augustinianum.

Ciudad del Vaticano

Este sábado 23 de febrero, en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, tuvo lugar la Tercera Reunión informativa sobre “La protección de los menores en la Iglesia”, estuvieron presentes: el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munchen y Freising (Alemania); Presidente de la  Conferencia Episcopal Alemana; Coordinador del Consejo para la Economía. También participó Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta, Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe; miembro del Comité organizador. Con ellos estuvieron el Padre Arturo Sosa Abascal, S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús y Sor Verónica Openibo, S.H.C.J., Superiora General de la Sociedad del Santo Niño Jesús. Además del Dr. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación y el Padre Federico Lombardi, S.I., Presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI; moderador del Encuentro.

Card. Marx: “una etapa del camino, no se cierra aquí”

El Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munchen y Freising (Alemania); Presidente de la  Conferencia Episcopal Alemana; Coordinador del Consejo para la Economía en su intervención dijo que, una de las cosas que más ha tocado a los participantes en este Encuentro ha sido el testimonio de las víctimas, ellos han dado un mensaje poderoso. Respondiendo a una pregunta que le hizo un Obispo, sobre si tiene sentido un Encuentro como este, el Card. Marx dijo que, “la mayoría de los participantes coinciden en que es un debate fundamental e importante en la Iglesia. No sólo en cuanto se refiere al tema de los abusos, sino también en otros aspectos que afectan a la Iglesia, en este sentido tenemos una responsabilidad común y compartida – señaló el Presidente de la  Conferencia Episcopal Alemana – en la cual todos somos responsables y este es el denominador común de este problema”.

Otro punto que resaltó el Card. Marx fue el que algunas Asociaciones acusan a la Iglesia de no hacer nada, es decir, que en la Iglesia se habla mucho y estas cosas no se traducen a la práctica y a veces estas Asociaciones tienen razón, dijo el Purpurado. En este sentido, el Card. Marx señaló que, “este Encuentro es una etapa de un camino, no hemos llegado al objetivo, tenemos que tomar decisiones, y ver cuáles son las repercusiones. El tema de los abusos no se cierra aquí, con ayuda de la Santa Sede, tenemos que encontrar un punto, un camino para traducirlos en decisiones concretas y en esto todos tienen responsabilidad. En este sentido, se ha dado un paso muy importante, se dio una gran apertura al dialogo, sobre todo a temas críticos”.

Mons. Scicluna: “los testimonios han transformado los corazones”

Por su parte, Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta, Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe; miembro del Comité organizador también resaltó la fuerza de los testimonios que se presentaron en el Aula, sobre todo el testimonio increíble de una mujer que han conmovido hasta al Papa, estos testimonios han transformado nuestros corazones. En este sentido, dijo Mons. Scicluna, el aporte de las mujeres a la Iglesia, que es madre, mujer, esposa es importante, ya que las mujeres tienen una gran sabiduría de la que podemos aprender.

Haciendo referencia a la intervención del Card. Marx sobre la transparencia, el Arzobispo de Malta, dijo que esto debe ser en relación no sólo con la sociedad, sino también con la Iglesia, por ello es necesario hacer un camino hacia la cultura de la divulgación, sobre todo teniendo presente  a las víctimas que han sufrido un gran impacto. “Tenemos necesidad de transparencia, de comunión, de compartir información dentro de la Iglesia. Incluso los procedimientos canónicos deben tener mayor comunicación, las víctimas no están al tanto de los resultados eclesiales y no tienen información. Aquí hay que jugar un papel importante y dar un aporte. También hemos hablado del secreto papal – señaló Mons. Scicluna – dentro del Aula se ha manifestado el deseo de profundizar esta cuestión para no vincular estos procedimientos con un elemento de reserva.

Además, la experiencia de los grupos de trabajos ha sido enriquecedora, afirmó Mons. Scicluna, hemos podido aprender unos de otros porque venimos de culturas y partes distintas del mundo, pero todos juntos podemos producir buenos resultados. Finalmente, el Arzobispo de Malta agradeció a las personas que rezan por este encuentro, vemos que estamos acompañados por la oración de tanta gente, y este es un aspecto muy importante de este Encuentro.

Sosa: “Esperamos que se haga justicia”

En el Tercer Briefing también participó el Padre Arturo Sosa Abascal, S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús. En su intervención dijo que la experiencia de estos días lo ha vivido con mucha esperanza. “La esperanza es distinta de esperar con los brazos cruzados, la esperanza es ponernos en marcha hacia lo que esperamos. En la Iglesia tenemos tantos niños y también adultos vulnerables, estas personas deben de vivir en paz, este es nuestro objetivo”. Como religiosos, dijo P. Sosa, expresamos vergüenza y confusión ante los abusos de menores. Expresamos nuestra esperanza para escuchar a los sobrevivientes en los proceso de curación, de escucha, de rendición de cuentas, y de romper el silencio. No siempre hemos reaccionado adecuadamente y pedimos perdón por ello, por nuestras fallas. Esperamos que la Iglesia avance de manera coherente, creíble, unida.

Este es un Encuentro sobre un tema muy complejo, por ello es importante conocer toda la verdad de los abusos, esto es un gran paso, que implica libertad y disposición de aceptar las cosas como son. Es necesario ir a fondo en la comprensión de las causas, de lo sucedido, si no se conocen las causas no se puede pensar en las estrategias para resolverlas a corto, medio, y largo plazo. En este sentido, señaló el P. Sosa, las diferencias culturales no sirven de escusas para tapar situaciones de abuso. Las culturas a veces son formas de opacidad, al contrario, debemos seguir la inculturación del Evangelio que lleva a sacar a la luz los hechos y las causas para la sanación. Sacar a la luz la verdad que libera.

De todo esto emerge un reto, afirmó el Superior General de los Jesuitas, el de acompañar a la maduración afectiva de los miembros de la Iglesia. Todos tenemos que tener esta maduración afectiva que nos permite una relación sana, segura, equilibrada, en paz. Por ello, es importante dar atención a los programas de formación, a todos niveles, de los consagrados, de los aspirantes al sacerdocio, etc. La Iglesia es un cuerpo y ahora está herida, por las injusticias del mundo y por estos pecados sucedidos dentro de la Iglesia. Debemos ayudarnos con la fe, con la resurrección hacia una nueva vida. Es necesario hacer una experiencia de transformación, en todo sentido, es el camino a la resurrección y a la vida reconciliada, por ello es necesario experimentar la sinodalidad de la Iglesia que crece con la conciencia de caminar juntos.

Sor Verónica Openibo: La Iglesia debe actuar de forma eficaz

La única mujer que participó en el tercer informe a los periodistas fue Sor Verónica Openibo, S.H.C.J., Superiora General de la Sociedad del Santo Niño Jesús. Haciendo referencia al testimonio de una mujer en el Aula, la religiosa dijo que, el testimonio de esta mujer ha cambiado al Aula, como si todos hubiéramos experimentado lo que esta mujer había vivido. Por ello, siento que todos juntos formamos parte de este cuerpo y debemos decir mea culpa por lo que ha ocurrido. También he escuchado hablar de sinodalidad y colegialidad, sobre la responsabilidad del Obispo, pero también nosotros y debemos realizar un camino conjunto, debemos seguir con pasos concretos, de lo contrario seguiremos con los mismos hechos criminales y para ello se necesita una capacidad de escucha y empatía, tenemos que hacer algo. Finalmente, la religiosa dijo que, todos como Iglesia, somos personas de la resurrección, de la esperanza y debemos transmitir esto a los demás. La iglesia debe actuar de forma eficaz, con planes concretos.

Ruffini: Puntos y sugerencias

Otro miembro del informe a los periodistas en este tercer día de Encuentro fue el Dr. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, quien recogió algunos puntos y sugerencias de los diferentes grupos lingüísticos. Entre los más importantes Ruffini señaló que este debe ser un punto de no retorno en la Iglesia, que se debería implementar una hora santa para rezar y pedir perdón y buscar la conversión. Recuperar la relación con las víctimas y los que tienen actitud negativa contra la Iglesia. Acercarse a las Familias devastadas en la Iglesia por este flagelo. “Otros grupos lingüísticos afirmó Ruffini sugirió cambiar el modelo de la Iglesia, de la colegialidad de los Obispos, a la sinodalidad del pueblo de Dios, no sólo en momentos de crisis. Por ello, es necesario un cambio de mentalidad del pueblo de Dios y promover la responsabilidad del Obispo, el rol de los laicos, las mujeres y los jóvenes. El Prefecto de las Comunicaciones también dijo que, la formación de sacerdotes y seminaristas es fundamental y se preguntaron sobre el sentido de los Seminarios menores y como los laicos, mujeres y novios pueden ayudar en su formación, a través de pruebas psicológicas, el papel de la pareja de novios, la selección de los seminaristas, etc.

Lombardi: nueva forma de vivir la sinodalidad

Por su parte, el Padre Federico Lombardi, S.I., Presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI; moderador del Encuentro señaló que en el Aula hemos vivido un momento fuerte, sobre todo el de los testimonios, se verificó que la escucha personal en un clima de disponibilidad logra grandes resultados. Otro punto que resaltó el P. Lombardi fue el de la figura de la mujer, desde ayer por la tarde tuvimos una triple escucha, recordó el Moderador, entre ellas estuvo la Dra. Ghisoni, y el Papa hizo una observación sobre la fuerza de este testimonio. Esta mañana la Hna. Verónica, voz con autoridad dio su testimonio como mujer africana. Hoy por la tarde escucharemos a Valentina, un tercer paso adelante como cuerpo y vamos a profundizar más la experiencia de las mujeres y sus aportes a la Iglesia. Finalmente, el P. Lombardi dijo que hay un camino en curso y se ve que el camino recorrido es muy largo, y ha crecido mucho con respecto a otras experiencias del pasado, hay una nueva forma de vivir la sinodalidad en la Iglesia.

 

 

Publicado el: 25 febrero, 2019