La mañana del jueves 25 de mayo se realizó el Solemne Te Deum en la Parroquia Del Sagrario de Concepción, Santuario Chileno Argentino, para conmemorar el 213º aniversario de la Revolución de Mayo, Día de la Patria en Argentina.
La celebración fue presidida por el Párroco, Padre José Cartes, junto al sacerdote de origen argentino, Padre José Luis Roldán; el Padre Alex Aedo Vilugrón, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa San Siluan Monte Athos; y al Pastor Sergio Díaz de Asís, de la Comunidad Cristiana El Faro.
En su homilía, el Padre José Cartes, afirmó que “hemos venido a este lugar de oración para pedir por nuestros países, sabiendo que hoy hay una gran incertidumbre, especialmente por la paz y sabiendo que estamos cercados por la pandemia de estos tiempos, que es la migración, las enfermedades y tantas situaciones que aquejan al mundo”.
“Y también nos damos cuenta de que somos tan sensibles como pueblos, que dependemos del uno y del otro, por lo que debemos cuidarnos y convivir entre nosotros con el respeto de nuestras tradiciones, fortalecernos como pueblo, respetar nuestros pensamientos en todos los ámbitos, colocando siempre al más desvalido como centro para lograr esa equidad que tanto quisiéramos alcanzar”, agregó.
El Padre José sostuvo que “hemos sido convocados por este acontecimiento de la República hermana de Argentina, en ella hay unos valores comunes en todos los aspectos, que nos hacen más fuertes en nuestros lazos para conocernos y cada vez mejorar más nuestras relaciones. Y sentir que nosotros, los cristianos, somos parte activa de este crecimiento, buscando siempre el bien común y que nuestras oraciones alcancen la gracia de nuestro Salvador y que al mismo tiempo nos ayuden a que nosotros podamos sentir que nuestra tarea como cristianos es ayudar en el crecimiento de nuestra sociedad y de nuestros valores”.
Haciendo alusión al Evangelio de San Juan, señaló que las palabras de Jesús “que todos sean uno” se han convertido en un lema, “que iluminan muchas realidades cristianas, pero sobre todo, en las últimas décadas, la causa ecuménica y el anhelo de los pueblos”.
“Creo que la unidad que Jesús pide al Padre es de naturaleza pascual, se logra cuando uno muere para que los otros vivan. No es un gesto de relación o de dignidad, sino de fe en el don de Dios (…) Por eso hermanos, qué importante es que nos reunamos hoy día para detenernos en esta idea común que es que Jesús ha resucitado y con Él nosotros también vamos a resucitar, y que toda nuestra vida tiene que estar encaminada a ese crecimiento y a ese encuentro voluntario, donde todos nos sintamos como verdaderos hermanos y constructores de esta patria y de este continente, trabajando con un mismo espíritu y un mismo sentir”.
Finalmente, invitó a pedir a la Virgen de Luján “que nos oriente, nos anime, nos encamine” a seguir a Jesucristo “como ella lo hizo cuando dijo “Hagan lo que Él les diga””.
Luego del Te Deum, los asistentes compartieron un chocolate en Cafetería 440, instancia en que el Cónsul de Argentina, Ignacio Livy, agradeció al Arzobispado de Concepción por su colaboración en la realización del Te Deum “y el chocolate patriótico”.
Ignacio Livy se refirió a la independencia de Chile y Argentina, y enfatizó que los desafíos de hoy “no son tan extremos como los afrontados en estas críticas horas del nacimiento de nuestras dos naciones, pero no por ello dejan de ser fundamentales para el futuro de nuestros pueblos”.
