Como es habitual cada tercer miércoles de mes, ayer 17 de agosto se efectuó el encuentro mensual del Presbiterio en el Seminario Metropolitano de Concepción.
En la jornada participaron cerca de 40 sacerdotes, quienes tuvieron la oportunidad de encontrarse, compartir y también formarse para acompañar al pueblo de Dios.
El Coordinador de la Pastoral del Clero, Padre Edgardo Ojeda, afirmó que “en esta oportunidad no quisimos quedar ajenos a lo que se está viviendo en el país y tuvimos una charla sobre el proyecto de nueva Constitución”, que estuvo a cargo del abogado Eugenio Hernández.
Si bien se trata de un abogado penalista, el Padre Edgardo señaló que “ha estado bien involucrado en todo lo que es este proceso” y que durante la charla explicó qué es una Constitución, los temas que aborda la propuesta constitucional y algunos de los ejes principales.
Dentro de la jornada, los sacerdotes también tuvieron “el regalo de Dios de poder tener un momento de oración” ante una reliquia del Beato Carlo Acutis, que iba de la Comunidad Salesiana hacia la Iglesia San Francisco.
El Padre Oliver Villarroel explicó que solicitaron la reliquia a través de los Franciscanos, pues querían traerla para la celebración de Don Bosco. “Para nosotros es cercana esta reliquia, porque Carlo Acutis es un beato joven y como en la Congregación Salesiana el fuerte es el trabajo con los jóvenes, venía bien el testimonio de este muchacho que también es muy contemporáneo de los chiquillos (…) Para nosotros su vida es un bonito estímulo para ellos en el plano de la santidad juvenil”, agregó.
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Fue así que entre el sábado 13 y el martes 16 de agosto esta reliquia acompañó las celebraciones de la comunidad estudiantil y pastoral del Colegio Salesiano y del Santuario María Auxiliadora. “Fue una oportunidad para acercar también este contexto de las reliquias, que para los chiquillos no es algo muy habitual en su lenguaje o tenerlas muy cercanas. Y también para compartirles a un beato, que si bien no es de la espiritualidad salesiana, es contemporáneo”, expresó.
“Como tenía que entregarla, aproveché de llevarla al encuentro del Presbiterio, porque pensé que podía ser una bonita oportunidad para que los hermanos sacerdotes pudiesen tener un momentito de oración”, puntualizó el Padre Oliver.