Semana Santa 2023

El tiempo de Cuaresma nos ha regalado la posibilidad de renovar y acrecentar nuestra fe: orar con mayor dedicación, practicar la penitencia, vivir la caridad fraterna, retornar a la vida en comunidad, entre otras muchas manifestaciones. Todo este movimiento del Espíritu Santo se orienta hacia una participación más plena del amor de Dios que se ha manifestado en su Hijo Jesucristo. La Iglesia, desde los orígenes, ha atesorado el testimonio y la memoria de los acontecimientos vividos por Jesús de Nazareth en su pasión, muerte en cruz y resurrección. Tanto los Evangelios y los demás escritos del Nuevo Testamento, como la vida de las comunidades primitivas dan cuenta de este acontecimiento fundante.

El Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma 2023: “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal” nos ha hecho variadas invitaciones para vivir con fruto la Cuaresma y Semana Santa. Un punto muy significativo tiene que ver con la posibilidad de vivir este tiempo de ascesis como un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias para seguir a Jesús en el camino de la cruz. La llamada del Santo Padre nos orienta a seguir a Jesús que se encamina a Jerusalén pasando por el Monte de la Transfiguración. Desde esta experiencia vivida por los apóstoles con Jesús, el Papa Francisco ha invitado a los cristianos a vivir un proceso de transfiguración tanto personal como eclesial.

El sentido de subir con Jesús el Monte de la Transfiguración, puede permitirnos hacer el ejercicio de detenernos y mirar desde la altura. La vida de la fe implica siempre una mirada contemplativa sobre la realidad, una mirada creyente que permite descubrir el paso de Dios y sus huellas en el camino de la vida. Cuaresma y Semana Santa pueden ser tiempos de gracia que ayuden a detener el paso frenético de cada día, descalzarse y reconocer el terreno Sagrado de estos días y poder apreciar y gustar el gran tesoro que tenemos los cristianos, la más bella y verdadera experiencia del Amor de Dios, en palabras de San Pablo:  la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gal 2, 20).

El ejercicio creyente del tiempo de Cuaresma y Semana Santa se transforma en gracia cuando podemos participar en comunidad del Misterio Pascual de Jesucristo.  Cada día del Triduo Pascual, Jesús va revelando diversos aspectos que nos ayudan a descubrir la presencia amorosa y misericordiosa del Señor, que ofrece su mano para llevarnos consigo, no vamos solos, también nos ofrece una comunidad, nos regala una misión, en definitiva, una vida nueva – resucitada, que tiene como origen principal la memoria y vivencia con Cristo de estos días santos.

Mons. Bernardo Álvarez Tapia
Obispo Auxiliar de Concepción

Publicado el: 2 abril, 2023