Monseñor Chomali presidió Misa de Exequias del Padre Luis Rifo Feliú

Publicado el: 18 Marzo, 2023

El Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali Garib, presidió la Misa de Exequias del Padre Luis Rifo Feliú, a las 14:00 horas de este sábado 18 de marzo en el templo Catedral.

En la Eucaristía estuvieron presentes familiares, amigos, la comunidad de Nuestra Señora de Guadalupe de Hualpén, fieles de diversas comunidades y parroquias, religiosas, diáconos, sacerdotes y obispos, quienes se reunieron para celebrar el Misterio Pascual de Jesucristo, que se cumple también en el Padre Luis, quien un día fue recibido en la familia de los hijos de Dios por el Bautismo y el 31 de mayo de 1992, por medio del sacramento del Orden, “fue hecho signo e instrumento de Cristo” y desde entonces sus manos, sus labios y su corazón estuvieron consagrados al Ministerio Presbiteral en la Arquidiócesis de Concepción.

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“Él eligió al Señor y no eligió el mundo”

Previo al inicio de la Eucaristía, Jorge Rifo agradeció a nombre de la familia a todos quienes los han acompañado y destacó a su tía Marina, quien es religiosa y  “ha sido inspiradora de muchas vocaciones, una de ellas la de mi hermano, el Padre Luis”. 

Además, expresó su agradecimiento a Dios “por tener un hermano como el Padre Luis, un hermano al que Dios colmó de dones maravillosos, un hombre inteligente, vivaz, muy alegre, generoso, apasionado. Apasionado al descubrir la profundidad del llamado de Dios que le dice y le llama y él responde, le respondió como María: “He aquí el esclavo del Señor, hágase en mí según tu Palabra”. Y así fue y así respondió y el Señor lo colmó de dones, le regaló el llamado al presbiterado, le regaló la unción para santificar, para perdonar, para consagrar y para asistir a su pueblo. Él eligió al Señor y no eligió el mundo, que le ofrecía muchas tentaciones, muchas vanidades y mucho poder. La alegría que le caracterizó, que resuene y que reviva en cada uno de nosotros”. 

Jorge Rifo agradeció nuevamente a Dios “por todo lo que le dio, también por su enfermedad” y sostuvo que el Padre Luis “vivió momentos difíciles en su vida, a lo mejor también profundamente el desprecio y el abandono como Cristo, pero él, manso y humilde, lo aceptó”. 

Relató que en la clínica, “en su agonía de 40 días nos llamaron y nos dijeron: “el Padre Luis se muere en minutos o en horas”. Y nosotros corrimos para estar junto a él. Y esa agonía duró tres días, murió el jueves por la tarde, cuando el sol ya caía. Allí en el lecho de su cama, estaban los hermanos José, María Isabel, yo Jorge, su tía Marina religiosa, estaba Marta -mujer consagrada a Dios- y estaba Monseñor a los pies de la cama. Rezamos los Misterios Luminosos de aquel día, luego comenzamos a rezar los Misterios Dolorosos y en el cuarto misterio, cuando Jesús va con la cruz a cuestas, el Padre Luis expiró. En ese momento, imagino yo que Dios le dijo: “Hoy estarás en el Paraíso”. Y creo firmemente que es así. El Padre Luis (…), Presbítero ahora en el Cielo, y nosotros lo tenemos como intercesor y hoy día nosotros decimos: Luis Sebastián, Presbítero, ruega por nosotros”. 

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“Damos gracias a Dios por el Padre Luis”

En su homilía, el Arzobispo de Concepción afirmó que “hablan del Padre Luis los obispos y sacerdotes que han venido a acompañarlo durante estos días, hablan del Padre Luis las comunidades de Natividad de María -que lo vio nacer como sacerdote-, habla del Padre Luis la comunidad de la Universidad Católica de la Santísima Concepción donde sirvió por tantos años, hablan del Padre Luis los feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes -que están aquí presentes- y de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe. Tantas personas que acompañan a este hombre de Dios que se entregó y que Dios -único dueño de la vida y de la muerte- después de 65 años de vida y 30 años de sacerdocio, lo ha llamado para que esté junto a Él”.

Monseñor Chomali expresó que ha pensado mucho acerca del sacerdocio, “a propósito de la penosa enfermedad del Padre Luis” y sostuvo que “los sacerdotes tenemos cuatro ámbitos en nuestra vida”.

El primero “es nuestra relación con Dios y sólo Él sabe cuántas horas delante del Sagrario estuvo el Padre Luis rezando por cada uno de nosotros, sólo Dios sabe cuántas oraciones entregó por cada uno de nosotros, cuánto bien hizo en las Eucaristías que celebraba con tanta unción y con tanta devoción, sólo Dios sabe qué tenía en su corazón y se lo entregaba a Él con confianza. Su relación con Dios. Cuántas horas de oración por las personas, por la comunidad, por nosotros los sacerdotes y por cada uno de ustedes. Sólo Dios lo sabe y Dios te recompense por eso, Padre Luis”.

El segundo es “la relación con la Iglesia, con el presbiterio, con los obispos. Los sacerdotes nos comprometemos a la obediencia (…) y el Padre Luis, en ese ámbito de obediencia, estuvo en lugares muy diversos entregando su carisma, sus habilidades.(…) Sólo Dios sabe cuánto bien hizo en la universidad, en las parroquias que estuvo, en el Seminario”.

Monseñor Chomali dijo que el tercer ámbito lo conmueve “especialmente por lo que vi en estos días, acompañando a la familia en los momentos más críticos del Padre Luis. Es el ámbito de la familia, la primera comunidad”. 

En ese contexto señaló que “el Padre Luis desde muy joven se preocupó de su familia ante la muerte de su padre, porque era el hermano mayor, y lo hizo siempre y lo hizo con amor y con preocupación. Me consta que siempre cuidó a su familia. Y yo pensaba lo siguiente, cuando un joven va al seminario o una joven va a una comunidad religiosa, siempre se dice “perdimos a un hijo, se fue un hijo”. La experiencia me ha dicho (…) que lejos de perderlo es el que está más cerca. Me conmueve, familia Rifo Feliú, cómo lo cuidaron, cómo lo quisieron, cómo rezaron por él”. 

Mientras que el cuarto ámbito, “que tal vez es el ámbito más misterioso que tenemos los sacerdotes, es el ámbito más silencioso, pero tal vez es el más fecundo. Son las infinitas conversaciones, escuchas, que realizamos en el más absoluto silencio y que nos toma la mayor parte de nuestra vida”. 

En ese sentido relató que al llegar a la Catedral se le acercaron dos mujeres para decirle: “Monseñor, yo acompañé al Padre Luis a tantos funerales”. A lo que él se preguntó: “¿Quién se enteraba de eso? ¿Cuánta gente quedó agradecida de ese responso, de esa visita al enfermo? (…) Estuve mirando las redes y emociona: “conversé con él”, “me recibió”, “me fue a ver cuando estaba enfermo un hijo”. Es ese trabajo anónimo que estoy seguro todos estos sacerdotes, y yo también, realizamos, que no aparece en las redes, no aparece en la prensa, no aparece en ninguna parte, pero es el más real, el más importante delante de los ojos de Dios”. 

El Arzobispo de Concepción destacó que el Padre Luis “era un buscador de la verdad” y enfatizó que “lo recuerdo defendiendo con fuerza la vida, en tiempos en que habían grandes disputas a propósito de ello, y siempre aparecía con su uniforme de Químico Farmacéutico, con la insignia y con el cuello romano, como diciendo “aquí está la ciencia y aquí está la fe”. Y creo que fue una síntesis interesante que tuvo él y sólo Dios sabe el efecto que habrá tenido en tantas personas que tenían que decidir temas tan relevantes como aquellos relativos al inicio y al final de la vida”

Finalmente, manifestó que “para nosotros la muerte no es una fatalidad (…) y por lo tanto damos gracias a Dios por los años que el Padre Luis estuvo en medio de nosotros y damos gracias a Dios porque él hoy está viviendo lo que creyó durante toda su vida, lo que predicó y lo que nos enseñó. Dios es todo, sólo Él basta, Dios es nuestro fin, Dios es la razón de nuestra existencia y sólo podemos decir: Damos gracias a Dios por el Padre Luis, que descanse en paz y esa verdad que buscó afanosamente en Salamanca y en tantos libros, esa verdad ya se va de lado para quedarse con la Verdad, que es estar junto a Dios”.

Puedes ver la Misa de Exequias del Padre Luis Rifo en este enlace.

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